Hugh Elliott, embajador britanico en Madrid.

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El embajador del Reino Unido en Madrid, Hugh Elliott, está convencido de que el turista británico volverá a España a pasar sus vacaciones, después de un período «más bien corto» de «cautela» y temor a raíz de la pandemia de la COVID-19.

«Una cosa que no va a cambiar es que la gente va a seguir teniendo vacaciones, y el lugar preferido para los turistas británicos es España», asegura el diplomático en una videoconferencia con Efe desde su lugar de confinamiento.

«Son 18 ó 19 millones al año normalmente, y yo espero que volvamos a esos números cuanto antes, pero no será en los próximos meses», añade.

Elliott se muestra convencido también de que, más pronto que tarde, la relación «muy amplia y profunda» entre el Reino Unido y España volverá a la normalidad.

«Tenemos una relación bilateral tan fuerte, no solamente por el turismo, sino por las inversiones, el comercio,..."

El Reino Unido, recuerda, «fue el mayor inversor en España en la primera mitad del año pasado, y España es un inversor muy importante en el Reino Unido, sin hablar de los intercambios culturales, educativos ..."

«Lo que no sabemos ninguno -advierte- es cuánto va a durar (la crisis) ni exactamente las condiciones en que vamos a poder salir de esta fase de la pandemia en la que la prioridad es proteger la salud, y luego proteger la economía».

Argumenta que la desconfianza del viajero o del turista no se dirige especialmente contra España por haber sido uno de los destinos del entorno europeo más afectados por la pandemia.

«Estamos viendo», apunta el embajador, «que muchísimos países están afectados y se entiende que esta es una situación sin precedentes, así que por supuesto hay miedo, es normal, es muy humano que haya preocupación».

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«Pero España es un país estupendo», puntualiza, «tiene unos servicios sanitarios fantásticos, sus profesionales están haciendo una labor que da un crédito increíble a la profesión y al país».

«Así que yo no tengo ni la más mínima duda de que con un poquito de tiempo -no por España, sino por el miedo a viajar, a desplazarse-, (se normalizará la situación). Puede haber un período de cautela, es normal, pero creo que será más bien corto».

El diplomático mantiene un contacto permanente con la comunidad de ciudadanos británicos en España, cuyo número se calcula entre los 350.000 y el medio millón, entre residentes y turistas de larga duración.

«Lo primero que quiero decir en nombre suyo es 'gracias', gracias por el cuidado que reciben estando aquí en España, porque los servicios sanitarios están haciendo una labor increíble».

«Desgraciadamente sí que tenemos -con ese número es inevitable- británicos afectados, enfermos; hemos tenido por supuesto muertes también dentro de nuestra comunidad».
«Pero dentro de esa tragedia», enfatiza, «el empeño y el trabajo de los servicios sanitarios, y todos los servicios alrededor, ha sido fantástico, y me lo dicen muchos de nuestros ciudadanos, así que la primera cosa es que están muy agradecidos.
«Y también yo estoy muy agradecido, como embajador, por la colaboración que hemos tenido de las autoridades españolas en lo que es gestionar el regreso al Reino Unido de todos los turistas».

Explica que, cuando surgió la pandemia, había del orden de 200.000 turistas británicos en España que deseaban volver al Reino Unido y que, a pesar de la emergencia, pudieron hacerlo.

«Por supuesto, hay gente que está en situaciones difíciles, muy incómodas, y dentro de eso hay algunas quejas, pero dentro de lo que cabe la palabra es: agradecimiento».
El diplomático considera, por otro lado, que los gobiernos del Reino Unido y España están teniendo reacciones muy similares ante la pandemia.

«Yo estoy viendo similitudes. Estamos en diferentes fases, pero lo que yo veo es que la reacción es muy, muy parecida», tanto en lo que respecta a las medidas sanitarias como a las económicas.

Menciona, asimismo, la «gran contribución» que su país ha decidido hacer no solo a la búsqueda global de un remedio contra la enfermedad -"en el Reino Unido se están empezando ya las pruebas sobre las personas de una posible vacuna"-, sino al alivio de la crisis en los países menos desarrollados.

«Somos el segundo país donante a la Organización Mundial de la Salud y tenemos muchos programas internacionales para apoyar a las sociedades menos afortunadas, lo que tiene que ser una parte importante de la respuesta internacional.