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Santiago Abascal ha renovado hasta 2028 su cargo como presidente de Vox este sábado ante los afiliados del partido. Lo ha hecho en una Asamblea General Extraordinaria celebrada en Madrid, en la que se ha ratificado la continuidad del líder político sin necesidad de votación, dada la ausencia de alternativas. La de Abascal era la única candidatura y trae consigo una remodelación de la cúpula del partido en la que Ignacio Garriga gana peso como ‘número dos’.

Es la cuarta vez consecutiva en la que Abascal es proclamado presidente de Vox. Lleva al frente de la formación desde 2014, cuando fue elegido para ocupar el cargo pocos meses después del nacimiento del partido, tras derrotar en una votación abierta a la militancia al empresario Ludovico López Cadé. Dos años después, en marzo de 2016, revalidó su respaldo al ser reelegido con el apoyo del 98% de los afiliados. En las dos últimas renovaciones, en marzo de 2020 y este mismo sábado, no ha habido votación, al no haberse presentado ningún otro adversario.

El trámite de este sábado ha sido meramente protocolario para confirmar la elección. "Dado que solo había concurrido una candidatura, el 19 de enero el Comité Electoral proclamó la candidatura de Abascal electa", ha explicado la presidenta del órgano, Gema Herrero, ante cerca de 2.000 afiliados. La Asamblea General celebrada este sábado ha tenido un carácter extraordinario, dado el cónclave estaba previsto para marzo y fue adelantado con el objetivo de preparar el partido para las sucesivas citas electorales de este año, en el que se celebrarán comicios en Galicia, en País Vasco y al Parlamento Europeo. En los últimos días el líder de la formación ha negado que la premura del proceso responda a una voluntad de blindarse al frente del partido y ha rechazado la existencia de críticas internas.

Nueva cúpula

La proclamación de Abascal por cuatro años más ha supuesto también la ratificación del resto de integrantes de su candidatura. La propuesta aceptada amplía y remodela el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Vox, que es el órgano de dirección del partido. Este pasa de once a 18 miembros, aunque se reducen de tres a una el número de vicepresidencias y se multiplican las vocalías, que pasan de cinco a 15. En concreto, el hasta ahora secretario general de la formación, Ignacio Garriga, se convierte también en vicepresidente único, fortaleciéndose así como ‘número dos’.

En cambio, Javier Ortega Smith y Jorge Buxadé pierden su cargo como vicepresidentes y son relegados al de vocales, lo mismo que ocurre con la diputada Reyes Romero. Entran como novedad en las vocalías figuras de la primera línea nacional como la portavoz en el Congreso de los Diputados, Pepa Millán, y el secretario general del grupo parlamentario, José María Figaredo.

El nuevo CEN también incorpora como vocales a los vicepresidentes autonómicos de Vox en Castilla y León, Juan García-Gallardo; Murcia, José Ángel Antelo; Comunidad Valenciana, Vicente Barrero, y Aragón, Alejandro Nolasco. De este modo, se traslada a la estructura interna del partido el poder territorial ganado en las pasadas elecciones autonómicas, que permitió a la formación sumar cuatro nuevos Gobiernos regionales en coalición con el PP a la experiencia castellanoleonesa.

En la misma línea, también entran nuevos en la dirección del partido el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Murcia, Luis Gestoso; la presidenta de las Cortes Valencianas, Llanos Massó, y la diputada Blanca Armario. Se mantienen en su cargo de vocales Rocío de Meer, Enrique Cabanas y María Ruiz, mientras que salen Pedro Fernández y Víctor González. Estaba previsto que se incorporaran para también a las vocalías la directora de comunicación de la Presidencia, Rosa Cuervas-Mons, y la vicesecretaria de Acción de Gobierno, Montserrat Lluis, pero su integración ha quedado finalmente pospuesta a una pronta remodelación.