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Tanto si eres un apasionado de las criptomonedas como si no terminan de convencerte, una cosa es innegable: el mercado criptográfico no es precisamente aburrido. Pocas veces se han visto movimientos de precio como los que ha experimentado el bitcoin a lo largo de su corta pero ajetreada historia. Y, desde luego, la sucesión de burbuja-pinchazo-burbuja es totalmente novedosa en la historia financiera. Podríamos definir al bitcoin como un activo muy ondulante que alterna ciclos de euforia máxima y de pesimismo absoluto, que bien aprovechados, pueden ser enormemente lucrativos.

(Fuente: Pixabay)

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Todavía está fresca en la memoria de los inversores la fiebre de 2017, que catapultó al bitcoin hasta la barrera de los 20 000 dólares, animada por la burbuja de los proyectos basados en tecnología blockchain que nunca terminaron de despegar y que se quedaron en meras pruebas de concepto. ¿Quién se acuerda hoy de proyectos como Menorca Coin o similares? Muchos participantes en el sector criptográfico han tenido que abandonar sus proyectos debido al pinchazo de la burbuja, mientras que el bitcoin ha permanecido como rey indiscutible del mercado de las criptomonedas. Una vez más, las leyes que rigen la eficiencia de los mercados han demostrado su inmutabilidad.

Ganar cuando el bitcoin sube o baja, una realidad

Invertir en proyectos blockchain siempre es arriesgado por la poca liquidez del mercado, es decir, podemos quedarnos atrapados sin poder liquidar nuestra participación. Este no es un problema nuevo propio de los proyectos blockchain, sino que se trata de un fenómeno inherente a la inversión en iniciativas en fase semilla: pueden ser una decisión financiera excelente o un fiasco absoluto, no hay términos medios. La diferencia es que acceder a estas fases en el mundo empresarial convencional ha estado limitado siempre a inversores acreditados, lo que no ha sucedido con la democratización de las ofertas iniciales de monedas (las famosas ICOs). Pero operar con bitcoin nos evita estos problemas, ya que su liquidez es muchísimo mayor y cuenta con instrumentos de inversión que permiten ganar dinero tanto cuando sube como cuando baja su precio.

«Esta opción es precisamente lo que hace del bitcoin una opción de inversión sumamente versátil, especialmente para el pequeño inversor minorista. Existen actualmente robots de inversión como Bitcoin Code que permiten ganar dinero tanto cuando sube como cuando baja el bitcoin, comprando barato y vendiendo caro de manera automática. Y si preferimos una operativa manual (asumiendo los riesgos que ello conlleva), tenemos a nuestro alcance plataformas de futuros como Bitmex o Binance Futures que nos permiten ganar con independencia de la dirección del mercado y utilizar en nuestro favor todas las posibilidades que nos ofrece el apalancamiento financiero».

En conclusión, el bitcoin ha llegado para quedarse y, al margen de los vaivenes de su cotización, es un instrumento de inversión óptimo. Es el máximo exponente de la revolución blockchain, también conocida como la del internet del valor. Por este motivo, no parece mala idea tener un mínimo de exposición al bitcoin, especialmente si utilizamos algún vehículo de inversión que nos permita ganar tanto si sube como si cae su cotización.