Antoni Gurrera, consejero delegado del Grupo Ferratur, considera que la limitación de la venta a extranjeros no solventaría el problema de la falta de vivienda en Balears.

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El Grupo Ferrá, con 132 años de historia, es un clásico en el mundo de la construcción. Está formado por tres empresas principales: Construcciones Ferratur, Construcciones Ferrátur Ibiza y Protech. Antoni Gurrera es el consejero delegado del grupo y un apasionado de su trabajo. Transpira pasión y conversa sobre las construcciones que realiza la empresa con amor, casi con devoción.

¿Qué factor diferencial tiene Construcciones Ferratur?
Construcciones Ferratur se intenta diferenciar de la competencia por la calidad del trabajo y el cumplimiento de los plazos fijados. En las reformas hoteleras es evidente que cumplir con los plazos es fundamental, pero también lo es en el residencial. Además, realizamos unifamiliares para clientes privados y finalistas. Tenemos 132 años de historia, siempre con la calidad como principal bandera.

Hubo un tiempo no muy lejano en el que también realizaban obra civil.
Sí. Es cierto. Hace tiempo que no hacemos nada de obra civil debido a que los precios de licitación son muy bajos. Hoy, el 100% de nuestro trabajo es edificación.

¿Cómo llegó el grupo a Eivissa?
Uno de nuestros clientes de Mallorca tenía un trabajo en Eivissa y decidimos dar el salto. Además, Pedro Ferrá Tur tiene ascendencia ibicenca por lo que existe también una vinculación sentimental. Tenemos vocación de mantener una delegación fija en Eivissa y por ello la hemos dotado de identidad propia como Ferratur Ibiza.

¿Y Protech?
Es la tercera gran área del grupo. Es una empresa de servicios de seguridad y salud a la construcción, de prevención. Tenemos la vocación de que ferratur no suponga más del 50% de la facturación de Protech. De esta manera, gran parte de los clientes son otras constructoras, promotores, hoteleros…

¿Cuál es la situación del mercado inmobiliario en Balears?
Hay una cierta convulsión. En los últimos meses se habla mucho de la posibilidad de limitar la compra de vivienda por parte de extranjeros. Parece ser que hay dificultades legales. Estoy convencido de que el problema de la vivienda en Balears no se resolverá así. Creo que debe hacerse una política de vivienda valiente. El Govern es uno de los grandes propietarios de solares para poder construir vivienda. Una solución puede ser realizar acuerdos público-privados. Hay muchas calles con diferentes alturas. Vamos a igualar para facilitar la construcción de nuevas viviendas. Somos una isla y el territorio es limitado. Vamos a aprovechar al máximo, sin hacer locuras, los solares que ya están construidos.

¿Es compatible construir más vivienda y preservar el medio ambiente?
Sí. Sin duda. El precio del producto acabado está influido por el coste del suelo. La construcción cuesta lo mismo en Son Vida que en Son Ferriol.

¿Hay un cierto parón en el mercado inmobiliario?
Quizás no haya la alegría que había antes, pero no hay parón. O al menos nosotros no lo hemos detectado.

¿La falta de suelo afecta también a las viviendas de lujo?
Cada vez hay menos suelo para unifamiliares de lujo y ello facilita que cada vez más se compre una ubicación. En este sentido, si hay una vivienda se tira y se construye de nuevo. En cambio, se están realizando plurifamiliares en el casco antiguo de Palma. Son fincas antiguas que se están rehabilitando.

Uno de los grandes problemas de la construcción es la falta de personal cualificado.
Cada día tenemos más necesidad de personal. Es muy difícil encontrar trabajadores. Es uno de los grandes problemas que tenemos. Limita nuestra capacidad de trabajo. Hemos tenido que renunciar a una obra por falta de personal. No podemos perder nuestra filosofía de calidad y buen servicio. En años anteriores, cuando faltaba personal, venía gente de la península. Hoy en día, los problemas de vivienda dificultan la llegada de trabajadores. En Eivissa, el problema es aún más acuciante.

¿Es posible la construcción sostenible?
Claro que es posible. De hecho, ahora estamos realizando un unifamiliar en Sencelles que será autosuficiente. No tendrá ni conexión eléctrica. De hecho, estamos haciendo la obra con un grupo electrógeno. La forma de construir es diferente. El futuro avanza en este sentido.

¿Y sería posible en un edificio de pisos?
Ser autosuficientes sería complicado, pero ser mucho más sostenibles sí.