El equipo humano de Carpintería Toyo SL frente a sus instalaciones con los hermanos Sintes, Quito y Jaume en el centro de la imagen. | Gemma Andreu

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Cuando el 20 de julio de 1969, Neil Amstrong caminó por primera vez sobre la luna, José Antonio Sintes Olives, Toyo para los amigos, hacía tan solo un mes que había abierto su propio taller de carpintería en el municipio de Alaior. Un pequeño paso para aquel joven y valiente carpintero, como lo fue para el célebre astronauta, pero un gran paso para su futuro, que décadas después, contempla orgulloso como sus hijos Jaume y Quito, han sabido mantener Carpintería Toyo SL y hacerla evolucionar hasta convertirla en un referente del sector de las reformas integrales.

Carpinteros con alma y experiencia que transmiten ganas y entusiasmo en cada proyecto, que se implican desde principio a fin para encontrar soluciones que hagan que la satisfacción del cliente, sea completa. En 2022 recibieron el Premio PIME Menorca Lidera a la Digitalización e Innovación por haber fabricado y patentado un nuevo tipo de persiana (persiana TBI) de bajo mantenimiento y fácil limpieza. Cuentan con una plantilla de diez personas y una previsión de cierre de facturación de 2023 de 740.000 euros.

ORÍGENES. El fundador de Carpintería Toyo empezó a trabajar con 13 años en Alaior, cuando todavía no existían las tiendas de muebles y los carpinteros ejercían su oficio a mano para crear todo tipo de objetos hechos con madera. «Nuestro padre tuvo la suerte de aprender con dos maestros carpinteros de referencia del municipio, el maestro Benet y el maestro Ferry. Aquella experiencia, marcó su exigencia en los acabados de calidad y el buen trato con los clientes», explican Jaume Sintes y Quito Sintes, actuales gerentes del negocio.

Con 18 años ya era autónomo y cuando constituyó la empresa, la ubicó en un subterráneo muy pequeño del centro del pueblo donde según que piezas, no las podía acabar por tamaño y las ensamblaba en la calle. «Estuvo tan solo tres años y posteriormente, se trasladó a un garaje del barrio de Cala’n Busquets, en el que contrató a su primer operario», añade Jaume.

Carpintería Toyo
Cabina de pintura donde Carpintería Toyo lleva a cabo el lacado de los muebles que fabrica en sus instalaciones del polígono de Alaior.

«Era una época donde el mueble tenía una concepción muy distinta, y no todo el mundo se los podía permitir. Se hacían más que nada trabajos de restauración o decoración como papeles pintados, arrimaderos, falsos techos, moquetas o parquets. Yo me acuerdo que en verano, jugueteaba por el taller diciendo que ayudaba», comenta riendo. Poco a poco, se iban ganando la confianza de los clientes e iban creciendo a ritmo de una Menorca que se despertaba al turismo y construía bloques de apartamentos que alguien tenía que encargarse de mantener. Uno de sus clientes más fieles fue durante cuarenta años el Hotel Castell Playa de Arenal d’Es Castell, hoy Hotel Palladium, donde precisamente llevaban el mantenimiento de toda la madera.

NUEVAS INSTALACIONES. Cuando el polígono industrial empezó a desarrollarse, adquirieron una parcela de 300 metros cuadrados donde en 1982, levantaron un edificio de dos plantas para ubicar sus instalaciones. «Nos trasladamos con la idea de montar un nuevo taller donde aumentar nuestra capacidad de fabricación, ya que hasta la fecha, nos habíamos dedicado más a restaurar o ensamblar productos ya acabados», explica Quito Sintes, responsable actual de taller. «Instalamos una máquina de corte sinfín, una regruesadora, una escuadradora y una para el perfilado de cantos, entre otras.

También pensábamos en poder pintar con pistola y acabar de poder dar un sello propio a nuestros productos», comenta. Era una época donde se seguían haciendo muchos apartamentos en Menorca y el trabajo fluía porque cuando no era una cocina, era un armario ropero o un suelo de parquet. Desde que los dos hermanos empezaron a trabajar en el negocio familiar, se repartieron los papeles y mientras Jaume acompañaba a su padre a la visitas, Quito se quedaba más en la retaguardia de producción. La crisis de 1993 les provocó un parón donde explican que el teléfono dejó de sonar de repente y aquellos encargos habituales desaparecieron. «Confiábamos en nuestras posibilidades y pudimos aguantar bien porque al poco tiempo, las cosas cambiaron para mejor», explica Jaume.
De hecho, cinco años más tarde añadieron las oficinas, una zona de showroom e incluso una nueva cabina de pintar para lacados en la planta superior. Fueron años extraordinarios en los que llegaron a ser 17 personas en plantilla, superando el millón de euros de facturación e incluso adquiriendo la división de cocinas de la empresa Bernat Petrus, pasando de once cocinas al año a sesenta. «Este paso lo dimos en 2006, dos años antes de la gran crisis que se lo llevó todo por delante donde nos tocó desinflar la empresa en apenas tres meses, reduciendo personal, pasando a fijos discontinuos y viviendo una de las etapas más difíciles. Intentar ilusionar a la gente que veía como nos quedábamos sin un futuro claro, trabajadores imprescindibles que ya no podían seguir. Quedamos cuatro en la empresa. Me quedaría corto dándoles las gracias por su comprensión», comenta Jaume Sintes.

TRANSFORMACIÓN. La experiencia de este bache fue un gran aprendizaje para los hermanos Sintes, afrontando el cambio generacional inevitable que se producía con la jubilación de aquellos operarios que habían empezado a trabajar con su padre. Aquella situación de transformación del factor humano, la compensaron con una inversión en maquinaria nueva de control numérico, que les aportaría mayor versatilidad a la hora de fabricar, ya que con menos mano de obra, el taller podría seguir funcionando, innovando con nuevos acabados y siendo capaces de ofrecer un servicio integral.

«La nueva generación de máquinas ha sido la que nos ha permitido apostar por productos inéditos hasta el momento y nos ha abierto las puertas a poder ser distribuidores oficiales de Porcelanosa con un material similar a la piedra natural que se llama Krion Sólid Surface, que podemos manipular nosotros para encimeras y alta decoración», comenta Quito Sintes.

Otro de los campos en el que también aportan soluciones es en el aislamiento térmico, donde mediante una combinación de pintura de resinas vegetales y partículas de corcho proyectadas, consiguen crear una funda que combate como nadie la humedad y el calor en las viviendas. «Aunque el PVC o el aluminio también lo instalamos, cada vez más nos demandan la madera como un producto más ecológico y respetuoso con el medioambiente que ya tiene igual durabilidad gracias a tratamientos de autoclave porque se protege con pinturas de última generación más ecológicas, que no son sintéticas porque están hechas a base de agua», detalla. Desde revestimientos, mobiliario de jardín, pérgolas, tarimas, cocinas, armarios, vestidores, embaldosados, cuando entran a reformar un chalet, solo subcontratan la fontanería y la electricidad, el resto lo proveen ellos mismos.

Clientes que les llegan a través del boca oreja porque se les conoce en toda Menorca pero también por recomendación de otras empresas como Som Menorca de Fornells, una de las inmobiliarias más grandes de la zona, con la que trabajan como proveedores desde 2005 para toda su gestión de venta y alquiler de casas y apartamentos. «Nuestro compromiso es quedar bien y estar en cada proyecto de principio a fin, ya que el trato humano es vital. Nuestro lema siempre ha sido ‘Sempre amb tu’», añade Jaume Sintes. Hasta julio de 2024 tienen la agenda llena de trabajo pendiente de entregar.