Homenaje a las víctimas de las inundaciones del Llevant. | M. A. Cañellas

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Autoridades políticas y vecinos han recordado este miércoles la tragedia que supuso hace un año la torrentada de Sant Llorenç des Cardassar de Mallorca y han homenajeado a las 13 personas que perdieron la vida por las fuertes lluvias.

El pequeño Arthur Robinson y su madre, Joana Lliteras, Bernat Estelrich, Rafel Gili, Joana Ballesteros, Gabriel Mesquida, Joan Grande, Andreas Körlin, Tine Noig y los matrimonios Delia y Anthony Green y Petra y Mike Kircher fueron las víctimas mortales de aquel martes fatídico cuando fueron arrastrados por el fango en la mayor catástrofe natural de la historia reciente de Baleares.

Al miedo de aquel 9 de octubre de 2018, le siguió una ola de solidaridad con miles de voluntarios que ayudaron con sus manos y también con su dinero a recuperar casas y negocios y, poco a poco, la vida de todos los vecinos de los municipios afectados.

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Un año después, la presidenta de Baleares, Francina Armengol, consellers de su gobierno; el presidente del PP, Pablo Casado; el alcalde de Sant Llorenç des Cardassar, Mateu Puigrós; el presidente del Parlament balear, Vicenç Thomàs; y el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, entre otras autoridades, han asistido este miércoles a un acto de homenaje.

El acto ha comenzado poco después de las 19:30 horas en la Plaza del Ayuntamiento de Sant Llorenç, donde se ha realizado una ofrenda de trece centros de flores, se han lanzado trece globos blancos al aire y se ha guardado un emotivo minuto de silencio por parte de las autoridades y vecinos reunidos.

En su homilía, el prelado mallorquín ha querido resaltar los testimonios de solidaridad y generosidad que se vivieron tras la tragedia, que ha calificado de una «torrentada de amor, sensibilidad para ayudar, socorrer y estar junto a quien más lo necesitaba; nadie regateó esfuerzos», ha asegurado.

El obispo ha citado una a una todas las personas fallecidas y ha pedido a sus familias que recuerden la «historia de amor» que vivieron con cada una de ellas. En aquellos días se vieron imágenes como la del tenista Rafa Nadal, vecino de Manacor, que se fue a Sant Llorenç a ayudar en las tareas de limpieza de casas y calles. También los Reyes de España quisieron visitar este pueblo, recorrer sus calles y saludar a cientos de víctimas, a quienes les expresaron su pesar por la muerte de sus vecinos y las cuantiosas pérdidas materiales.