Francina Armengol durante la entrevista. | Jaume Morey

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Presidenta del Govern hasta hace poco y, para el 23-J, candidata al Congreso por el PSOE, Francina Armengol, asegura que liderará el partido y la oposición en Balears. Además, reflexiona sobre qué llevo la izquierda a perder la mayoría. No ha dejado de reunirse desde el 29 de mayo. Entre reunión y reunión, conversa con este periódico en la sede del PSIB. Reflexiona sobre qué pasó en las elecciones y deja claro que no deja el liderazgo de la oposición.

Tras la firma del acuerdo PP-Vox, su impresión resumida es…
—Que en 30 días retrocedemos 30 años. PP y Vox cambian sillones por derechos de la ciudadanía.

¿Es el programa del PP o el de Vox?
—Es el programa de la entrega del Partido Popular al marco ideológico de Vox. No es nuevo, lo habíamos visto en la pasada legislatura, votando igual, pero ahora lo escriben en un programa de gobierno.

Su intervención en el debate de investidura se centrará en…
—He sido presidenta de Balears ocho años, estoy muy orgullosa de eso y dejaré clara la política que hemos hecho y cómo la hemos hecho, desde el diálogo; con diálogo social y cogobernanza con la sociedad, con las instituciones civiles, con la Universidad, con todos los sectores. Me interesa destacar el legado de recuperación económica, más empleo, mejores servicios sociales que dejamos y que todo se ha hecho con la sociedad. Y que si quieren cambiarlo, tienen que cambiarlo con la sociedad. Y expresaré mi preocupación, que creo compartida, por el acuerdo que han firmado. No es verdad que aspiren a la libertad, aspiran a controlar, quieren meter mano a la educación, acabar con derechos ya conseguidos y con consensos básicos, algunos con la participación del PP en el pasado.

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¿Hay acuerdos ocultos?
—Lo veremos funcionando. Lo evidente es que es el marco ideológico de Vox y que el PP le entrega la presidencia del Parlament y dos consells insulars, algo que yo no había visto nunca en la vida.

El PSIB también cedió eso a UM.
—Sí, pero se hacían negociaciones en cada institución. Lo que yo veo es que el portavoz del grupo parlamentario del PP y la portavoz del grupo de Vox firman que los consells de Mallorca y Menorca son para Vox con un oscurantismo absoluto y decidiéndose fuera. El año en que cumplimos 40 de vigencia del Estatut, entran a gobernar en un pacto que se hace en Madrid. Es que no lo sabía ni Prohens.

Ha pasado un mes desde las elecciones. ¿Qué fue lo que le llamó más la atención de los resultados?
—Obviamente no fueron los resultados que esperábamos ni los que deseábamos. El Partido Popular ganó las elecciones democráticamente, es lo que hay y la misma noche le di la enhorabuena. ¿Qué me llamó más la atención? El hundimiento de Podemos, con el que yo no contaba en absoluto, y esa subida de las fuerzas de derecha y extrema derecha por un movimiento que no tuvo que ver mucho en valorar la gestión de las instituciones. Me sorprende su capacidad para movilizar un voto con asuntos que no tenían nada que ver con lo que se estaba votando. Fueron capaces de movilizar por cuestiones que tenían más que ver con las vísceras y los planteamientos demagógicos. El PP movilizó a la contra por un proyecto ajeno a Balears.

El PP supera al del resto de la izquierda y con Vox rebasa la mayoría absoluta. ¿No es el reflejo de algo más que vísceras?
—Es el reflejo de una abstención fuerte, que se da en siempre en las autonómicas, pero también de algo que no se da sólo en Balears, sino en todas las comunidades y en los ayuntamientos: no se votó en clave local porque hay una ola ideológica de extrema derecha y derecha extrema que ya había empezado antes en Europa. Estamos viendo a la ultra derecha en Finlandia, en Italia y en Suecia, vemos cómo crece en Alemania. Y me preocupa. Por eso son tan importantes las elecciones generales del 23 de julio. Es fundamental el contrapeso, España tiene que seguir con sus políticas socialdemócratas. Igual que el Gobierno de España tiene que poder contrarrestar las políticas que están pactando PP y Vox en las comunidades también en Balears. Y dicho esto, estamos analizando en clave local.

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¿Por ejemplo?
—Habrá que analizar algunas políticas que no hemos encaminado o explicado bien. Ahora lo primero son las elecciones generales. Es fundamental mantener el Gobierno de Pedro Sánchez porque estamos ante una emergencia democrática. Y en septiembre, haremos una reflexión profunda centrada en ayuntamientos, consells y el Govern.

Iban muy seguros. ¿No les faltó perspectiva para ver lo que se venía encima?
—A todos. Creo que ni la derecha se esperaba ese resultado. No lo vieron las encuestas, que pronosticaban un resultado más igualado en que, eso es cierto, la mayoría podía cambiar pero por muy poco. Lo que hay que analizar es la movilización por debajo, cómo es posible ese cambio en sectores de la población que de golpe se mueven o no se mueven. Y por qué se movieron y en un sentido concreto. Eso lo dejamos para septiembre.

¿Habrá autocrítica por la gestión?
—Claro que la habrá. Yo ya he pedido disculpas por lo que nos hayamos equivocado pero, a la vez, estoy muy orgullosa de la gestión hecha, que no es sólo del PSIB, sino de todo el Govern y de la sociedad. Me estoy reuniendo con entidades. He ido recogiendo sus aportaciones para el debate de investidura y para hacer la oposición. Haré la oposición igual que he gobernando: desde el diálogo con la gente. Lo que más me dice la gente es gracias por tu trabajo.


También es posible que se lo digan a Sánchez y voten PP o Vox.
—Nos jugamos mucho. Si no tenemos un Gobierno socialista de contrapeso, la destrucción de derechos será masiva, eso ya lo avisé antes del 28-M. Hay gente que me dice lo siento mucho, tendría que haber ido a votar pero pensé que eso no iba a ocurrir. El Partido Socialista puede y debe ganar las elecciones. El PSOE es el único instrumento útil, especialmente en Balears. Por eso me presentó como candidata, por eso pediré el voto a toda la gente progresista que no quiere volver a la crispación social.

¿Cómo decide ser candidata?
—Fue una decisión compleja y todo sucedió muy rápido. No habían pasado ni 12 horas del cierre de la urnas cuando el presidente del Gobierno anunció elecciones para el 23 de julio. Y sabiendo como acabaría esto, con un pacto PP-VOX, pensé en cómo podría ser útil a mi tierra. Obviamente desde Ferraz me animaron a presentarme, yo lo hablé con mis compañeros. Me voy al Congreso pero voy a liderar la oposición en Balears como secretaria general del PSIB y con voz fuerte en Madrid. Tabajaré para que esta pesadilla que empezamos a vivir sólo dure cuatro años.

¿Se lo pidió directamente Sánchez?
—Me dijo «nos vendría muy bien que vinieras de candidata». Pero la decisión no es suya, ni del partido en Madrid, es de aquí. Entendimos que la mejor manera de gobernar en Balears dentro de cuatro años es que lidere la candidatura.

¿Y se puede ser diputada en Madrid y liderar la oposición en Balears?
— Es lo que hizo Antich, que fue diputado en Madrid, volvió a ser candidato y ganó las elecciones. Ya ha empezado la campaña de 2027 y ahora estamos en ganar las de julio y aumentar diputados en Balears. Hay que votar a partidos que suman como es el PSOE. Que nadie se quede en su casa y vote útil.

¿Lo del voto útil va por Sumar?
—Lo que digo es que el PSOE es el único que puede presidir el Gobierno de España y ganar votos y escaños en Balears. Se presentan menos partidos y hay mucho votante huérfano. Hay gente que ha votado al PP, al PI y a CS, pero también a Podemos, que no puede aceptar el acuerdo de PP con Vox y que nunca se identificarán con los extremos. Apelo a quienes antes votaron otra cosa pues somos los únicos que podemos parar a la extrema derecha. Y que quede claro que Sumar, en clave español, es una buena opción para la izquierda. Pero que en Balears, quien suma de verdad es el Partido Socialista.