Parte de los participantes que lograron subirse hasta Dalt s’Ermita de Ferreries, con rostros de satisfacción. | Siscu Pons

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No llegaban a las ocho de la mañana y frente al ‘poli’ de Ferreries se avecinaba algo grande, como así fue, por séptimo año. Como ya es casi una tradición en Ferreries en año nuevo, cerca de Reyes, se volvió a vivir el multitudinario entrenamiento de los ‘Cinc Cims de Ferreries’, organizado por Correcamins Esports Bosch y que en esta ocasión reunió a 105 valientes dispuestos a tutear una de las pruebas más exigentes.

En esta exigente prueba que presentó la misma participación que el 2018– pese a celebrarse en esta ocasión en sábado– el centenar de corredores volvieron a subir S’Enclusa, Son Blanc, Sant Pere, Sant Antoni y s’Ermita, cúspide de la ‘Cinc Cims’. En total, unos 20 kilómetros y 720 metros de desnivel positivo.

Eso sí, una carrera que no quiso perder sus señas de identidad, tratándose de un entrenamiento, sin ningún tipo de control de marcas; de hecho, cada participante realizaba el recorrido deseado, pese a que prácticamente todos lo completaron. Nueva ‘Cinc Cims’ sin clasificación y en la que, como suele ocurrir, era en los ascensos y descensos donde cada uno imponía el ritmo que quería o podía para, en los rellanos (de transición), ir reagrupándose. El grupo de delante lo acaba con un poco menos de dos horas. No es una competición, «se trata de pasarlo bien en compañía y poniendo a prueba la resistencia de cada uno», nos detallaba uno de los participantes.