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Lleva ya dos batallas ganadas el Menorca Bàsquet esta temporada en su objetivo de regresar a la ACB. La primera y condición sine qua non para su propósito resultó la de finalizar la temporada con el ascenso deportivo en el bolsillo. La segunda victoria la cosechó anoche cuando volvió a congregar a toda su masa social en la Plaça del Ajuntament de Maó para gritar con voz única: «queremos Menorca de ACB». Sin embargo, ahora resta la tercera y más complicada: involucrar otra vez a la administración para que otorgue un voto de confianza al proyecto del club y busque la inyección económica necesaria para garantizar la salida del equipo en ACB el próximo curso. La tarea es complicada. «Todavía falta lo más difícil, pero con el esfuerzo de todos lo conseguiremos», dijo el presidente Benito Reynés desde el balcón del consistorio.

Y es que nadie duda de que este equipo es otra historia. «Nos lo hemos ganado», rezaba una frase en el dorso de la elástica de los jugadores. Tisi Reynés, director deportivo de la entidad, daba cuenta de que la unión y el esfuerzo del grupo este curso supera al de años anteriores. Berrocal se sumó brevemente a la fiesta y subrayó que es hora de que Menorca vuelva a tener ACB.

Entre las tradicionales canciones populares y las alusiones a los mallorquines «boti, boti, boti, mallorquí qui no boti», los centenares de aficionados que no fallaron a la cita del tercer ascenso de la historia a la liga ACB estuvieron de acuerdo en convertir a Urko Otegui en el gran héroe de la entidad. El pívot vasco, una leyenda y una referencia dentro del Menorca Bàsquet, resultó el más aclamado por la afición.

Una detrás de otro todos tuvieron su momento de gloria. Pero el que se llevó la palma como auténtico animador del cotarro resultó Andreu Matalí. Un showman de los buenos. Protagonizó algún que otro momento memorable.

Ya en el interior del consistorio el Conseller de Administraciones Públicas del Govern balear, Simón Gornés, felicitó al equipo en representación del ejecutivo autonómico. Sus palabras no incluyeron ningún guiño que haga pensar en un final feliz a la ambición de volver a la liga ACB. De la misma forma que Carlos Delgado y Javier Morente llamaron cordialmente a Benito Reynés para también dar su enhorabuena al club por su gesta deportiva, y poco más.

El tren de la Liga Endesa con el que llegaron los jugadores al Ajuntament de Maó tiene un destino incierto. Ayer era hora más de festejos que de otra cosa. A partir de hoy se activa la preparación de una Asamblea Extraordinaria en la que tienen que quedar claras muchas cosas y que empezará a determinar, o lo hará del todo, el futuro que espera al Menorca Básquet.

El abanico de posibilidades es de lo más amplio y va desde regresar a la élite, hasta seguir en LEB Oro con un proyecto ambicioso, hasta permanecer en la categoría con un equipo mucho más ajustado, también regresar a una categoría inferior o, incluso, la disolución de la entidad. En los dos últimos días poco se ha avanzado en este aspecto. Las cartas parecen estar puestas boca arriba desde hace semanas por todos los actores. Las posiciones están enrocadas y el tiempo va contrarreloj. La fiesta ha terminado. Es hora de hablar de futuro.