Duby Okeke, el mejor jugador del Hestia la pasada jornada ante el Prat | Josep Bagur Gomila

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El Hestia Menorca inicia esta noche en Bintaufa ante el Basquet Girona (9/2), líder de la conferencia Este, la segunda vuelta de la primera fase de LEB Plata – duodécima jornada–, cita que clausura el trecho de calendario de mayor rigor con el que el conjunto de Oriol Pagès ha confrontado (Barça, Villarrobledo, Real Murcia y Prat de forma consecutiva) y ofrece la posibilidad de restañar la herida causada por las derrotas sufridas en los últimos dos partidos que ha comprendido este exigente ramillete de compromisos –contra pimentoneros y filial de la Penya–, que han desplazado al conjunto insular de pelear por el liderato y por acceder a la Copa, hasta el cuarto lugar de la clasificación (7/4).

Pero por encima de todo, el encuentro se calibra, y también en función de esa grieta de dos partidos ya abierta entre el Hestia Menorca y la cima de la conferencia Este, como una evidente posibilidad por parte del equipo insular de restablecer opciones, aprisionar la cumbre y reengancharse a la batalla con los mejores –contemplando también la valía de la victoria por su repercusión en la segunda fase regular de la temporada.

Contrariamente, una derrota implicaría una despedida virtual del proyecto insular de la carrera por el primer lugar –que localizaría, en ese supuesto, a tres partidos–, reorientando el objetivo a no perder más margen de ventaja en relación al sexto lugar, que determina el corte entre jugar la A-1 o la A-2, así como complicaría las aspiraciones de futuro, puesto que el Hestia Menorca, que cayó en la ida en Fontajau por 69-60, entregaría el averaje directo con el cuadro gironí e incrementaría el caudal de derrotas que le penalizarán en la fase regular por el título.

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