Jhivvan Jackson posa para este diario en la grada de Bintaufa mientras sostiene un balón, su instrumento de trabajo y también un elemento que bajo su control se impregna de magia | Gemma Andreu

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Jhivvan Jameel Jackson Meléndez (Bayamón, 1998) cree en la remontada. El superlativo base-escolta puertorriqueño, en sus primeras manifestaciones para un medio de comunicación desde que hace cerca de dos meses firmara por el Hestia Menorca, muestra su convencimiento, a 24 horas del segundo y definitivo duelo, en relación a las posibilidades del equipo insular de poder invertir la desventaja de once puntos que registró en su contra en el primer capítulo del cruce inicial de las eliminatorias por el ascenso a LEB Oro ante el Zamora Enamora, celebrado en la plaza castellano-leonesa.

Asimismo, el ‘combo’ boricua forjado en la universidad de Texas-San Antonio (lo que acredita paso por la NCAA) y nuevo referente en la pista del proyecto menorquín revela las sensaciones que ha experimentado en sus primeras semanas en nuestra Isla y en el baloncesto español, sus ambiciones como jugador y los ídolos que le han inspirado a forjar una trayectoria que recién estrena, a la par que augura, un muy prometedor futuro como profesional.

«Esta es mi primera experiencia como jugador profesional y lo cierto es que de momento está saliendo todo perfecto, lo estoy pasando muy bien aquí en Menorca y con el equipo. En el vestuario hay buenos compañeros, me siento súper bien, la verdad. El camino para llegar hasta aquí ha sido largo, pero todo el mundo me está tratando muy bien», detalla Jackson, cuyas cifras, más de 21 puntos y 16 créditos de valoración de promedio en los 8 partidos en los que ha participado con el conjunto insular en LEB Plata (uno de playoff) ilustran de su importancia desde su incursión en el proyecto menorquín.

El exterior caribeño únicamente opone un pero a su estancia en la Roqueta, y que no es vinculante con la misma; su lesión en el tobillo que le lastró en el último partido de la fase regular ante el Sant Antoni (pese a lo cual, quiso jugar) y condicionó su preparación para el primer envite con el Zamora, aunque lo interpreta como «un factor» que entra dentro de la lógica del juego.

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