Yago Homs posa para este diario con un par de balones. | Gemma Andreu

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El menorquín Yago Homs Laucirica (2006), integrante del equipo sub 18 de La Salle Maó, se convirtió en uno de los exponentes de mayor impacto en el reciente Campeonato de España junior de Huelva, de cuya primera jornada fue designado jugador más valioso (MVP) en virtud de una portentosa actuación (32 puntos, 10 rebotes y 61 créditos de valoración) que asimismo concitó la plena atención de cuantos ‘scouters’ y cazatalentos acudieron al evento, que no es sino el escaparate de talento por excelencia del baloncesto nacional (y que convirtió la derrota del equipo mahonés en ese partido inaugural, 90-73 ante el Tau Castelló, en una mera anécdota).

En los siguientes dos partidos jugados por el colectivo lasallista en suelo onubense (victoria sobre el Clavijo riojano, 71-45; y derrota contra el EBG Málaga, 81-55, posterior campeón de grupo), Homs, sin alcanzar las estratosféricas cifras del debut, brindó otro par de demostraciones acordes a su gran nivel, con el mérito añadido de que estas ocurrieron bajo la atención de un pabellón entero (14 puntos, 10 rebotes y 26 de valoración; y 18, 5 y 19 respectivamente), en lo que además de confirmar su esplendorosa carta de presentación, resultó una constatación de su capacidad para convivir en partidos bajo presión.

«Me sorprendió un poco tener esa actuación, pero también fue una gran satisfacción, uno de esos partidos en los que te sale todo, aunque en el momento no fui consciente del partido que hice, también por el hecho de haber perdido. La verdad, en esos momentos, tu mente no está en la estadística, solo estás dolido por la derrota», expone Homs al ser preguntado por su estreno en el Campeonato de España, ese que le valió un MVP sin precedentes desde una óptica insular y en lo que se eternizará, con toda probabilidad, como la demostración más descollante nunca ofrecida por un jugador menorquín en un Nacional sub 18, contexto que reúne las mejores canteras y prospectos del país. «Ser MVP fue una alegría, lo recordaré siempre», abunda Homs acerca de una actuación y condecoración que necesariamente impone un antes y un después en su trayecto de jugador, en el marco de lo que fue, más allá de lo estrictamente deportivo, «una bonita experiencia».

«Estar en un campeonato de esa calibre, y con tu equipo de siempre, que son tus amigos, compartir todo el rato con ellos, que me llevo muy bien con todo el mundo, fue muy chulo, una vivencia totalmente recomendable», precisa en ese sentido el que algunos técnicos locales catalogan como un ‘prospect’ con fundadas posibilidades de labrarse un futuro en el ámbito nacional.

«Otro nivel»

«Los rivales, físicamente son muy superiores, aunque eso ya lo sabíamos. Son más físicos, más fuertes. Fuimos a ver los partidos de Barça y Madrid y te das cuenta de que es otro nivel», abunda Homs en relación a un campeonato que además significó la primera incursión de la generación de oro de La Salle Maó, de la que él es uno de sus principales rostros, en territorio nacional, producto del brillante campeonato balear conquistado al reguardo de su afición en el Pavelló Sergio Llull, hogar lasallista.

«Lo que logramos, además en casa, con toda la grada, el recuerdo de haber ganado... fue fantástico», evoca el jugador mahonés, convencido de que solo el discurrir del tiempo les permitirá valorar y apreciar en su auténtica dimensión esa histórica victoria.

En lo que concierne al futuro, de lo más estimulante para nuestro protagonista, al que resta un segundo año para terminar el ciclo junior, aún está por orientarse. El interés de varias canteras de primer orden ubicadas en la latitud peninsular, una consecuencia natural a su exuberante puesta en escena en Huelva, ya ha trascendido a cierto contacto formal. No obstante, la elección todavía no está definida, admite Homs.

«Sí, he tenido alguna propuesta de cara al año que viene, pero lo estoy considerando y debo decidir», explica un tipo que en pista domina la totalidad de registros (si bien su posición idónea apunta al ‘backcourt’), y que gustaría de poder encajar, a partir del próximo otoño, dentro de un programa que combine con igual importancia baloncesto y estudios, lo que además de delatar que su porvenir más inmediato radicará en el exterior de la Isla, desvela una querencia por la formación más allá de lo deportivo.

El básquet, una praxis para la que se le distingue especialmente provisto de virtudes, era hasta ahora «un hobby» para Homs, un modo «de estar con mis amigos, de entrenar y disfrutar con ellos». Hasta ahora. Pero de cara al futuro sí vislumbra «una pequeña posibilidad» de «hacer algo» y nuestro protagonista quiere «tenerla en cuenta».

Forjado en la siempre fértil cantera de La Salle Maó desde «que estaba en minibasket», y admirador de ‘Chacho’ Rodríguez y de Ricky Rubio, «dos tipos que representan muy bien lo que debe ser un jugador de baloncesto», detalla, Yago Homs, tras suscribir una de las páginas más memorables en la cronología del baloncesto menorquín de formación, quiere trazar    un paso más en un mundo, el del básquet, en el que por el momento no se le adivina límite.

El apunte

El jugador vibró con el ascenso del Menorca

Yago Homs, que asegura «no tener preferencias» en cuanto a su rol en la pista, «pues hago lo que me pide el entrenador y lo que el equipo necesita en todo momento», precisa, admite que «vibró y disfrutó» con el ascenso del Hestia Menorca a LEB Oro, que presenció «por el canal FEB» –Homs se encontraba en Mallorca, con motivo del Balear 3x3, cuando se jugó la final por el ascenso–, sobre todo «con las jugadas de Jackson». «Fue una gran victoria, ¿jugar allí?, lo veo muy lejos, pero es positivo para la Isla, para los niños, tener referentes con los que identificarse al margen de Llull», concluye.