El presidente unionista, José Saavedra | Gemma Andreu

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La UD Mahón, con su abogado Emilio Orfila al frente, diseña durante estas fechas el pliego definitivo de alegaciones que presentará por medio de la vía contencioso-administrativa en un margen no superior a dos meses para tratar de obtener plaza en Tercera División (evidentemente, con vistas al curso 2018/19 y no para el actual).

El club unionista, una vez fueron desestimados sus distintos recursos, el último, por el Tribunal Balear de l'Esport, y las federaciones española y balear hicieron el correspondiente movimiento de plazas en Segunda B, Tercera y Regional para compensar el descenso del Mallorca, se olvida de Petra o Santanyí para enfocar su estrategia definitiva sobre la UD Ibiza.

El club mahonés sospecha que este Ibiza, recién ascendido a Tercera, no fue fundado como club con antelación al mes de septiembre de 2016, por lo que carecería de derechos deportivos para consumar el ascenso (los clubes de nueva creación de Menorca y Eivissa deben agotar un mínimo de dos años en regional para optar a una categoría superior). Al respecto, fuentes cercanas a la directiva de San Carlos consideran que la actual situación es «la mejor para la Unión, pues antes, aunque hubiéramos ganado los recursos, había otros clubes, pero ahora se trata del Ibiza y nosotros tendríamos prioridad», y que en ese sentido reclamará el acta notarial que acredite que el Ibiza se fundó (que no registró como sociedad) antes de septiembre del año anterior –para lo que tampoco se descarta, si hay negativa a documentarlo, pedir la intervención de un juez.

Al respecto, en la Unión tienen claro que el actual UD Ibiza no podrá demostrar que su ciclo vital como entidad arrancó antes de septiembre de 2016, de ahí su confianza en que la vía contencioso-administrativa le permita lograr un lugar en Tercera para la posterior temporada.