Una piña. El equipo echará el resto con el apoyo de la afición para que el triunfo no se escape - Archivo

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Anulado el margen de error, hoy toca ganar. No cabe cualquier otra especulación en torno al resultado posible para el ViveMenorca este mediodía en Maó. El equipo de Paco Olmos, arropado por una afición que no fallará, se cruza con un rival al que le une un recuerdo nostálgico y magnífico: aquél ascenso de hace casi cinco años tras derrotarle por 3-1 en la eliminatoria definitiva en la mismísima ciudad leonesa.

Hoy no queda lugar para el romanticismo ni el recuerdo. Ahora o nunca. Se trata de salir a la pista con determinación ("con el cuchillo en la boca", como dijo Paco Olmos en la previa) a la búsqueda de una victoria urgente, ineludible, más necesaria que nunca por múltiples razones, entre ellas la victoria negativa de La Laguna en Melilla –la tercera plaza está casi imposible–, y la derrota del Burgos en Cáceres, positiva, que puede ponerle el cuarto lugar a sólo un triunfo de distancia o la previsible del Breogán ante el Vigo con la que iguala las 16 que tienen menorquines y leoneses.

Tras haber hincado la rodilla en Melilla y La Laguna en partidos en los que el triunfo quedó demasiado lejos, aún sin Diego Ciorciari ya en la recta final de su recuperación, el ViveMenorca debe rescatar dentro de unas horas, de una vez por todas, aquél baloncesto intenso, electrizante que reducía a cuantos rivales pisaban el Pavelló en la primera vuelta al amparo de una afición entregada y entusiasta como lo ha sido casi siempre. De puertas afuera, desde el técnico, Olmos, hasta el capitán, Otegi, han enviado mensajes plenos de positivismo a la afición, convencidos de que el equipo está a tiempo de enchufarse a la Liga y llegar al play-off en una velocidad de crucero óptima para volver a creer en la posibilidad de obtener el ascenso por esta segunda vía, una vez descartada drásticamente la primera.

Será la de hoy una nueva oportunidad para que Josep Guzmán, Diego Sánchez, Rahshon Turner y compañía reivindiquen su sitio en este equipo en un momento crucial de la temporada, por tanto, en un encuentro que huele a trascendente. Y lo es porque se trata de un rival histórico y directo en la Liga, empatado a puntos con los mahoneses a los que vencieron en la primera vuelta. Una derrota sería letal porque representaría dos de diferencia al tener asegurado los leoneses el basket average por su triunfo en la primera vuelta (75-73) además de asestar un nuevo golpe anímico tanto al propio equipo como a los fieles seguidores, que además incorporaría un nuevo enemigo directo, el Breogán de Lugo con 16 victorias tras batir al colista, Ciudad de Vigo.

Tal y como está la clasificación a falta de cinco jornadas para el final, no sería de extrañar que Menorca y León vuelven a encontrarse en el próximo play-off, una vez más, como ya sucediera en las dos últimas campañas del equipo mahonés que precedieron a su ascenso a la ACB.

Hoy es el momento para el ViveMenorca. Lo saben los jugadores, el cuerpo técnico y la afición que, con toda seguridad, reiterará su apoyo incondicional al equipo después de algunas dudas en los últimos compromisos disputados en Maó. El club, además, ha vuelto a dar máximas facilidades para adquirir entradas a los aficionados y asegurar así la mejor entrada posible en beneficio de todos. A por la victoria, entonces.