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Se hace el silencio y aparece un mago sobre ruedas. Luce capa, sobrero y varita. La música suena y el espectáculo arranca. Una de las tradiciones más deliciosas de las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia tuvo lugar ayer en la pista de patinaje de la UD Mahón donde el club local que dirige Mary Mier ofreció un show en el que participaron un centenar de deportistas y en el que la temática giró en torno a la magia, los efectos ópticos, los colores y la música.

"It's a king of magic", repetía el malogrado Freddie Mercury desde los altavoces mientras las más de 300 personas que llenaron las gradas de la emblemática instalación aplaudían y bailaban. El mago ejercía de maestro de ceremonias mientras las patinadoras más pequeñas salían a la pista y exhibían clase y sonrisas. Del centenar de deportistas que tomaron parte en el evento y que tenían edades comprendidas entre los 5 y los 26 años, una veintena procedían del club de Ferreries, del que es directora Liber Olives desde hace tres años, profesora también de la escuela de la UD Mahón.

Pociones mágicas, flores que salían de la varita, un baile de naipes y demás trucos fueron llenando un festival muy animado y cargado de color, mientras que el grupo más experto aportaba a la cita una actuación que representaba una serie de efectos especiales.

Una de las ovaciones de la tarde se la llevaron los integrantes del grupo de promesas, los más pequeños, que ofrecieron un baile de monstruos de dos cabezas, un ejercicio de coordinación, que acababa con los patinadores deshaciendo el disfraz y corriendo libres por la pista.

El club de Ferreries exhibió el número preparado para su festival que recreaba el fondo del mar y como colofón, un dj preparó un mix en el que las patinadoras saltaron a la pista y empezaron a bailar, mientras el público no tardó en unirse a la fiesta y en empezar la cuenta atrás hacia las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia.