La nadadora, estos pasados días, entrenándose en las aguas de Fornells, a unos 19 grados. | SISCU PONS

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Por mucho que se haya dicho y demostrado científicamente que el virus de la covid-19 no se transmite en el agua del mar, el mundo de la natación en aguas abiertas no queda ni mucho menos exento de los efectos de la pandemia del coronavirus. La veterana nadadora de Ciutadella, Tita Llorens, es el último gran ejemplo; tras un año complicado a nivel de entrenamientos por la situación de confinamiento, la menorquina ve como se ha anulado su nuevo gran reto previsto para estas próximas Navidades. El doble cruce del Río de la Plata entre Argentina y Uruguay, una gesta jamás lograda y que Llorens quería zamparse.

«La verdad es que por un lado me niego a darlo por hecho y por otro era algo que mi subconsciente ya sabía, la anulación de la prueba. ¿Las causas? Pues qué os voy a contar, el dichoso bicho», lamentaba. A falta de apenas tres meses y ya con «unos cuantos metros de entrenamiento, hemos decidido posponer el reto para otro año», proseguía, entre lamentos, Llorens, que entiende la decisión, por daño moral que le suponga.

Y es que los problemas eran muchos para hacer este 2020 el Río de la Plata. «Primero, el tema permisos. Si ya es complicado de por sí para el doble cruce, pues ahora mismo con la covid-19 aún lo es más». Argentina, «que se encuentra muy mal ahora, no me daba permiso y en cambio Uruguay, sí. Y si a todo ello añadimos que era una prueba inédita, más difícil», explica Llorens. Además, el tema de viajar o, «mejor dicho cruzar el charco; sea ahora o dentro de tres meses, no era la mejor opción».

A Llorens el Río de la Plata le «apasionaba. Viajar a Argentina, cruzar de un país a otro, volver a Argentina tras poner pies en Uruguay... Y todo con mis inseparables Sofía, Toni, Siscu y quien sabe Erico, llegar a orillas argentinas tras un montón de horas de nado y abrazar a mi amigo Fer y felicitarlo...».

Una triste realidad este 2020 marcado por la covid-19 que «se quedara en un profundo sueño del que espero despertar en unos meses para llevarlo a cabo». Mientras, avanza, «buscaré algo más cerca pero igual de intenso. Espero muy pronto contaros mi nueva aventura».

Llorens no ha parado en ningún momento de entrenarse –con la cabeza puesta ya en otro reto a la vista –«si bien es cierto que ahora bajé la intensidad el fin de semana, en el que realizaba prácticamente 20 kilómetros entre sábado y domingo. Ahora iré a la mitad» explica la nadadora, que señala que ahora, en noviembre y de cara al Río de la Plata, «me tocaba intensificar y claro, necesitaba tener claro si se podía hacer o no, ya que el desgaste es importante en este tipo de entrenamientos», lamenta, segura que la decisión se ha tomado «en el momento adecuado, viendo que las cosas desgraciadamente van a peor en lugar de a mejor».