Momentos intensos y emotivos los vividos estos días por Elena Segzdaite en el techo del mundo y de vuelta a la Isla. | E.S.

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«Es el súmmum de la gente que nos gusta correr». Lo dijo el corredor español Miguel Heras (The Elements), instantes después de imponerse tras el espectacular duelo con Summan Kulung y ser el segundo corredor occidental en conseguir el triunfo en la Everest Trail Race by The Elements. Elena Segzdaite, una deportista nacida en Lituania, establecida desde hace años en Maó y máxima responsable del club deportivo Nordic Walking Camina con Elena, aterrizó anteayer en Menorca después de vivir la aventura de su vida en el Himalaya; seis días de esfuerzo, 29.000 metros de desnivel acumulado y 160 kilómetros que Segzdaite cerró como mejor sexta femenina, con un tiempo acumulado de 41h:06’:36’’.

La deportista insular completaba la sexta y última etapa de 29kms entre Tyangboché y Lukla con más de 4.500 metros de desnivel acumulado y 2.800m de desnivel en las bajadas y hacía historia para el deporte menorquín, lo que le quisieron agradecer un buen grupo de amigos y deportistas que la arroparon este sábado a su llegada a Maó.

No fue un reto personal más para Segzdaite, en las montañas más duras del mundo y siendo ella especialista en marcha nórdica y nada acostumbrada a estos desniveles, ni en la Isla ni en Lituania, su país de origen. «Sin ser mi especialidad y corriendo con los mejores profesionales estoy muy satisfecha e incluso la organización destacó mi fortaleza, siendo nueva en estas carreras», señalaba ayer la deportista para «Es Diari», descansando ya en su casa de Maó.

Segzdaite se emocionaba todavía ayer cuando recordaba la recepción vivida el día antes en ele aeropuerto por parte de su equipo de Camina con Elena. «No me lo esperaba en absoluto y lloré porque noté lo que me quiere la gente. Además en la montaña– sin cobertura ni nada– de noche al cenar, la organización nos mostraba los mensajes de apoyo que recibíamos y me llegó el calor de Menorca».

Fue este un nuevo reto individual y mayúsculo para la lituana, «ya que nunca había subido las montañas. Era ver dónde estaban mis límites y soy muy competidora conmigo misma», exclamaba Segzdaite, muy segura de sí misma. «Voy a volver el año que viene y mi reto es conseguir la primera posición», clamó a este diario la única balear en acudir a esta prueba durísima en el techo del mundo. «Cuando dije que iba me dijeron de todo y que estaba loca o que no era corredora para esto pero lo sabía donde me metía, solo había subido a 2.700m en mi vida. No tengo miedo a nada».

A pesar de lo echada hacia adelante que es Elena Segzdaite, reconocía ayer la corredora menorquina que cuando la organización les dijo que esta sería la edición más dura en la década, «me acojoné un poco y pensé, ¿dónde me he metido?». Para ella, dentro de la extrema complejidad de esta Everest Trail Race, «la quina etapa fue la más dura para mí, me bajaron las fuerzas y por la altitud lo pasé mal de estómago, con dolores, mareos y vómitos. Estuve mucho tiempo en los 4.000m positivos y lo pasé mal, sin poder tomar nada, excepto alguna sopa», rememora para este diario. «Aquí llegué a meditar mi retirada, lloré de impotencia, asegurando que no podía más pero logré acceder a meta».

Sexta en la general y ambiciosa como ella misma, lo tiene claro: «No me rindo ni estoy contenta con el resultado. He disfrutado con gente preciosa y con profesionales, que saben lo que es ña montaña. Ha sido un placer compartirlo con ellos».