«Magatzems del port de Maó». Los 158 personajes que forman parte de la composición artística y las actividades que en ella se desarrollan han servido alMuseu de Menorca para realizar una radiografía histórica de la sociedad, el arte y la cultura de la Menorca de mediados del XIX

TW
1

Resulta habitual articular exposiciones en torno a la exhibición de varias obras de un mismo autor, pero también a veces se puede montar una muestra alrededor de una única obra. Esa es la gran apuesta del Museu de Menorca, que ha escogido la pieza «Magatzems del port de Maó» como el centro del discurso narrativo de «Magatzem d’histories», que se podrá visitar hasta el 17 de abril de 2022.

A través de una exhaustiva mirada al contenido de esa pieza, de autor desconocido, las comisarias de la muestra, Cristina Andreu y Montserrat Anglada, han realizado una radiografía de la sociedad menorquina en el periodo comprendido entre 1820 y 1845. El resultado de un minucioso estudio de una obra y de los 158 personajes que habitan en el lienzo y que permite una visión transversal de la historia, de la sociedad, el arte y la cultura de Menorca de mediados del siglo XIX a través de la observación de un cuadro que muestra la actividad de un día en el Moll de Llevant del puerto de Maó.

Una jornada como otra cualquiera que sirve para hablar de muchos temas, como la posición de las mujeres, los negreros menorquines, la crisis del trigo, las migraciones, las pandemias... Cuestiones con las que se invita a reflexionar si realmente hemos cambiado mucho o en qué medida lo hemos hecho con el paso del tiempo. Ello da pie a la apertura de diferentes espacios para el análisis de cada temática, una propuesta en la que no faltan herramientas interactivas y audiovisuales.

Estamos hablando de una pintura al óleo de grandes dimensiones (203 x 123 cm), enmarcada    dentro del contexto cultural del neoclasicismo y fechada en 1835, tal y como se ha podido constatar a través de la arquitectura, el urbanismo y la indumentaria.

Aunque se han investigado diferentes líneas, lo que no se ha podido resolver es el enigma de la autoría de la pieza, pero no cabe duda que estamos ante un lienzo de calidad «por su tamaño, lo que representa y como está pintado» explica Andreu, quien señala que se trata de un artista «que conocía muy bien    la sociedad menorquina y también el trabajo de pintores de la época, como Chiesa o Calbó».