La fiesta más popular del Menorca Jazz Festival volvió a brillar después de que no se celebrara en su escenario original, el Palmeral de Cala en Blanes, desde hace cinco años | Katerina Pu

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«¡Por fin volvemos al Palmeral!». Esa fue la consigna que más sonó ayer entre los asistentes a una nueva edición del Picnic Vega Jazz, que no se celebraba en esa ubicación, por culpa de la pandemia y el mal tiempo, desde hacía cinco años. Así, la música volvió a hacer vibrar al público que se reunió junto a la playa de Cala en Blanes con la fiesta que tradicionalmente sirve como clausura del Menorca Jazz Festival, que este año ha celebrado su edición número 26.

Una cita, de acceso gratuito, convertida en un minifestival en la que la respuesta del público volvió a ser muy buena. El Picnic sobrepasó una vez más el millar de asistentes en una jornada marcada por el buen tiempo.

En lo musical, la oferta fue variada. Por un lado, el jazz de corte más clásico y tradicional tuvo su protagonismo de la mano del Llorenç Barceló Trio. También hubo espacio para los ritmos latinos, mucho más propicios para el baile, con la actuación de la Orchestra Menorca Latin Big Band, una formación en la que conviven músicos locales con artistas italianos.

La guinda al festival la puso la banda francesa Ziveli Orkestar, que ofreció un toque diferente a la fiesta con sus características fanfarrias gitanas típicas del centro de los Balcanes.

El festival se despide con una valoración «muy positiva»

Después de la apuesta por todo lo alto en 2023 para celebrar las 25 ediciones del Menorca Jazz, el festival ha vuelto a contar con una fantástica respuesta del público. «La valoración es muy positiva. Con el tiempo hemos conseguido que el festival tenga un sello muy personal que gusta, la gente confía en nuestra oferta musical», explica desde la organización el presidente de Jazz Obert, Bernat Casasnovas.