ENCUENTRO. El conseller abrió la ronda de contactos con los clubes náuticos con el de Ciutadella - CRIS

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"No está previsto que ninguna empresa privada entre en la gestión de los futuros amarres del puerto de Ciutadella". Con estas palabras el conseller de Obras Públicas del Govern balear, Jaume Carbonero, despejaba ayer las dudas y temores sobre el futuro de los puntos de atraque que se generarán en el interior de la bahía de Ciutadella cuando los buques de pasajeros operen en el dique exterior.

Carbonero añadió acto seguido que "el proyecto actual no especifica esta situación, pero lo podemos hablar". Lo dijo antes de la reunión que celebró ayer con los representantes del Club Nàutic de Ciutadella, un encuentro tras el que el presidente de la entidad ciutadellenca, Bartolomé Carrasco, aseguró "salir con tranquilidad, puesto que las palabras del conseller nos han gustado". En este sentido, Carrasco recuerda que el anterior equipo directivo de Ports de les Illes Balears se había comprometido con ellos a que participarían en la gestión de los futuros amarres, algo que Carbonero ha mantenido e incluso ha agilizado.

El conseller se remite siempre al proyecto ya consensuado sobre los usos del puerto, si bien asegura que hay que comentarlo y hablarlo. En este sentido, cree que "lo lógico es que los pantalanes de Cala en Busquets sean de gestión directa, mientras que el dique seco podría cederse mediante una concesión, porque se necesita el perfil de una empresa especializada en estos servicios".

Cala en Busquets
El nuevo máximo responsable de Ports admite que la solución definitiva para Cala en Busquets aún tardará tiempo en llegar, y por eso ha prorrogado un año más la concesión al Club Nàutic para la gestión de los amarres de esta zona. En este sentido, Govern y la entidad acordaron ayer un método para hacer frente a las obras de reparación y mejora de la zona, que cuenta con un pantalán roto y problemas de seguridad. En este sentido, Bartolomé Carrasco explica que será el Nàutic quien se haga cargo de las obras y de su financiación, cuyo coste puede ser elevado, superior a los 100.000 euros. En este sentido, Carrasco asegura que se ha acordado con el Govern un plan de amortización de estas obras, de manera que si el Nàutic tiene que dejar la gestión de la instalación antes de la amortización de las obras, será compensado por ello. Una compensación que podría llegar mediante el cálculo a la baja del canon que anualmente paga el Nàutic al Govern por el uso de los amarres.

La trona y pasarela
Precisamente este canon podría subir cuando los buques de pasajeros ya no operen en el interior del puerto, y el Nàutic recupere entonces los amarres del Moll de la Trona y de la pasarela, que se eliminaron para aportar más seguridad a la navegación de los grandes buques.

El estudio de maniobrabilidad estará listo en cuatro semanas
La misma empresa que ya realizó las simulaciones para la construcción del dique exterior que proponía Matas, Seaport XXI, es la encargada de realizar el estudio de maniobrabilidad para el amarre de cruceros en el actual dique de Son Blanc. Este informe se encuentra ya en su fase final de ejecución y estará listo en cuatro semanas, según apuntó ayer el conseller de Obras Públicas y máximo responsable de Ports de les Illes Balears, Jaume Carbonero. Será entonces el momento de dirigirse a Capitanía Marítima para solicitar su estudio.

No obstante, antes de estas cuatro semanas ya se podrían tener algunas conclusiones sobre la operatividad de los grandes buques de cruceros en las proximidades del dique. Esto podría pasar en unos quince días y permitiría, según explica Carbonero, reunir al equipo técnico de la conselleria para estudiar todas las posibilidades de amarre de cruceros en el dique.