Circuito. La competición comenzó a las dos de la tarde, con un circuito que pasó por la Illa de l’Aire, la Illa del Rei y retornó al Aeroclub, a una altitud de entre 700 y 1.000 pies - Javier

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La carrera aérea del Trofeo Menorca se celebró ayer con normalidad y la participación de 16 aviones, después del accidente mortal ocurrido el sábado, durante la jornada clasificatoria, y en el fallecieron Bruce Hook, un experimentado y conocido piloto de The Royal Aero Club, y su hijo Ian. Pese a la conmoción general que causó el suceso, las entidades organizadoras de la competición, con la aprobación de la familia de los fallecidos -otro de los hijos de la víctima también es piloto-, decidieron en la noche del pasado sábado que el mejor homenaje a sus compañeros era seguir volando. "La vida sigue y la aviación también", aseguró ayer el presidente del aeroclub británico, Tim Wassell, después de dedicar unas palabras en recuerdo a los fallecidos durante un sencillo acto de entrega de los premios de la CTC Menorca Air Race. Wassell agradeció también el buen trabajo realizado por sus anfitriones, el Real Aeroclub de Mahón, y por la organización, en la que también participa el Real Aeroclub de España; además, el responsable del colectivo británico felicitó a las autoridades menorquinas por el apoyo y la sensibilidad mostrada en los momentos posteriores al accidente aéreo.

Clasificación

Los ganadores de la carrera fueron Robert Calloway-Lewis, primer clasificado; Richard Marsden, en segunda posición; y Rodderick Morton, que obtuvo la tercera plaza. Además de los premios, Gabriel Gomila, coordinador del evento, distinguió a tres de los pilotos participantes (Calloway-Lewis repitió entre los destacados) con una figura muy especial, el típico silbato mallorquín, un 'siurell', en forma de aeroplano con un aviador.

Fueron momentos distendidos y de compañerismo después de la tristeza que invadió las instalaciones del Aeroclub el sábado, las horas posteriores al accidente del Beechcraft Baron E-55.

La cena que debía convertirse en la fiesta del fin de semana de la Menorca Air Race, que se celebró en el hotel S'Algar, estuvo marcada por la muerte de los dos participantes esa misma mañana, por lo que se prescindió de cualquier acto lúdico y se decidió realizar la carrera hoy domingo. El presidente del Real Aeroclub de España, José Luis Olías, preguntado sobre cómo había afectado el accidente al resto de los inscritos en las pruebas se limitó a compartir el dolor de las familias y a transmitir "las condolencias de la comunidad aeronáutica española a nuestros compañeros británicos". Algunos de los participantes en la carrera, amigos de Bruce Hook, con el que habían coincidido en diferentes eventos deportivos, lamentaban ayer su pérdida y destacaba su larga experiencia como piloto.

Padre e hijo habían viajado desde el Reino Unido solos hasta la Isla, según afirmó el presidente del Aeroclub de Maó, José Luis Barrero.

En cuanto al desarrollo de la prueba, de los 16 aviones participantes, dos lo hicieron con pilotos españoles, Gabriel Gomila y Mercè Martí. La competición consistía en dar cinco vueltas al circuito trazado (Aeroclub, faro de la Illa de l'Aire, baliza de la Illa del Rei y de nuevo al Aeroclub) a una altitud de entre 700 y 1.000 pies.

Por otro lado, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea del Ministerio de Fomento continúa con la investigación para determinar las causas del accidente en el que se estrelló el sábado la avioneta.