Reproches. Los manifestantes cambiaron el recorrido habitual para expresar su protesta ante las sedes del PSOE y del PP - Javier

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Un veterano sindicalista banderola en mano comentó que no había visto una manifestación igual desde 2001. Alrededor de 1.500 personas recorrieron ayer las calles de Maó en protesta histórica contra el "zapatazo"; los recortes salariales, sociales y la congelación de las pensiones.

Pitos, tambores y un féretro donde yacían las medidas del Gobierno acompañaron a los manifestantes por las calles ante la atónita mirada de algunos viandantes y los ánimos de otros. A lo largo del recorrido, diferente al habitual, se escucharon consignas contra "el tijeretazo" en las nóminas, pero sobre todo dos ensordecedoras pitadas frente a las sedes del PSOE y del PP. "Zapatero embustero"; "Con este Gobierno vamos de culo" y "¿Dónde está? No se ve, la gente del PP" fueron los gritos más escuchados.

En la plaza Miranda, poco antes de la lectura del manifiesto consensuado por los sindicatos convocantes UGT, CCOO, STEI, UFP Baleares y SUP, los manifestantes escenificaron su particular "tijeretazo" a los banqueros, especuladores, al gasto en armamento, a la estructura desmesurada de la Administración y a los políticos corruptos. "Exigimos que un Gobierno de izquierdas haga una política de izquierdas en España y en Europa", espetaron los sindicalistas, quienes advirtieron que los recortes adoptados por Zapatero, -con el agravante de no respetar la negociación colectiva-, abocan a los trabajadores al conflicto social. "El 60 por ciento de los funcionarios no supera los 1.600 euros brutos. Se está abriendo la puerta a la privatización y la externalización de servicios públicos y los ciudadanos serán los más afectados".

El secretario general de CCOO, Ramón Carreras, acusó al Gobierno de aplicar "políticas de derechas" y advirtió del riesgo de perder los avances sociales logrados en Sanidad y Educación. Carreras calificó de "inmoral" el recorte y acusó al presidente del Consell, Marc Pons, de "marginar" a los sindicatos al secundar sin crítica las medidas del Gobierno. Visiblemente irritado conminó a Pons y a los ayuntamientos de Menorca a pedir a Zapatero la retirada del recorte salarial, con la misma intensidad con el que insistieron para modificar la prohibición de los consistorios de endeudarse. El sindicalista auguró la convocatoria de huelga general una vez que el Gobierno haga público los recortes que acompañarán a la reforma laboral. La representante de UGT exigió al sector financiero que se responsabilice de la crisis y a Zapatero que paguen quienes más tienen, y el del STEI, leyó un poema de Bertolt Brecht.