Turistas y residentes aseguran que hay que esquivar aceite y plástico - Elena

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Calascoves es uno de aquellos lugares que no deja indiferente. De un precioso color turquesa, sus aguas invitan a darse un baño entre acantilados salpicados de cuevas prehistóricas. El caso es que la mayoría debemos pensar lo mismo porque la masificación a la que se ve sometido este rincón menorquín está llegando a un punto más que incómodo. Es la opinión de muchos bañistas, residentes y no residentes, que se encontraban ayer en la bonita zona. Evidentemente, las boyas permiten los amarres por lo que aquellos que posean yates y demás embarcaciones están en su derecho a disfrutar del espacio pero, ¿qué hay de quienes plantan su toalla en las rocas y quieren acceder al agua? Además de aceite y olor a combustible, los bañistas deben esquivar algas (arrancadas por las anclas), plásticos y algún que otro elemento más, como las cuerdas o cadenas de las nombradas embarcaciones, que forman una especie de tela de araña bastante molesta a la hora de tirarse al mar y que obligan al bañista a tener que bordear los barcos tanto en la ida como a la vuelta del chapuzón (por aquello de esquivar residuos). Escasos serviciosOtra de las cuestiones más comentadas por turistas y residentes ha sido la escasez de servicios que ofrece la cala. Pese a conocer que es un paraje virgen, es cierto que en Calascoves no existen papeleras ni contenedores. Muchas personas han comentado lo incómodo que es tener que cargar algunas bolsas. Y, por el mismo motivo, también se refirieron a las bebidas, ya que no existe ningún lugar en el que poder comprarlas, aunque sea en la zona del parking.

Muchos de ellos tampoco saben que hay un puesto de información. La encargada de éste asegura que la mayoría de familias se van al llegar porque desconocen que es una cala sin arena y se quejan de que al principio del camino no se dan detalles ni de cómo es la zona, ni de lo deteriorado que está el camino de acceso, ni de la distancia a la que está la cala para llegar andando.

Una vez recogidas las impresiones de personas que se encontraban en Calascoves ayer por la mañana, sólo queda añadir un último apunte: el 70 por ciento de los bañistas no hicieron ni caso a la señal que hay al principio del camino y que dice "excepto autorizados". Menos los llegados vía marítima, claro, ellos no han incumplido ninguna normativa, para eso están las boyas, para evitar que se acerquen demasiado, entre otras cosas....