Plato. La caldereta de langosta o la langosta a la plancha son algunas de las exquisiteces isleñas - Archivo

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La aprobación inicial del nuevo reglamento de la marca de garantía Langosta de Menorca que dotará a este crustáceo marino de una especie de denominación de origen no ha dejado indiferente a nadie y menos a los restauradores, principales encargados de satisfacer a los paladares de sus comensales y de poner en valor la gastronomía con esencia menorquina.

La marca que entrará en vigor el próximo 1 de abril es recibida en los fogones como "el sello que definitivamente garantizará que la langosta que se ofrece a los comensales como capturada en la Isla realmente lo es y, por tanto, acabará con el descontrol y los abusos", explica el propietario del restaurante Café Balear y patrón mayor de la cofradía de pescadores de Ciutadella, Josep Caules. Esta pugna por evitar engaños a la hora de que el cliente saboree una caldereta de langosta o una langosta a la plancha pescada y elaborada en la Isla y que, por tanto, se lleve a casa la auténtica impresión sobre el plato, prima por encima de cualquier otra posible ventaja que pueda ofrecer esta marca.

En este sentido se postulan los presidentes de los restauradores de la Isla, Daniel González (PIME) y Francisco Carrasco (CAEB) quienes coinciden en indicar que "debemos defender un producto y un plato con fuerte carácter isleño y desenmascarar a los tramposos, a quienes venden gato por liebre".

Desde el restaurante Es Cranc Pelut de Fornells, su encargada, Isabel Esquiliche, indica que "cuando el cocinero supo de este sello dijo que ya era hora porque hemos luchado mucho para conseguir un distintivo que ampare a quienes ofrecemos langosta de la Isla".

A pesar de ello, los restauradores también son conscientes de que el número de capturas que los pescadores pueden llegar a realizar en una temporada -que va del 1 de abril al 31 de agosto- y que apenas supera los 12.000 kilos, no cubre toda la demanda.

Esta situación obliga a los restaurantes a comprar el crustáceo fuera de la Isla o a eliminar el plato de la carta cuando se acaba el producto. En este aspecto, Josep Caules lo deja claro cuando explica que en Ciutadella "los pescadores pueden vender todas sus capturas a tan sólo tres restaurantes". Incluso cita el caso de un establecimiento que este año llegó a vender 5.000 kilos "casi toda la totalidad de las capturas de la temporada".

Este hecho lleva a que actualmente, y según palabras del patrón mayor de la cofradía de pescadores de Maó, Pito Quintana, en el acto de presentación del sello, el 50 por ciento de las langostas que se comercializan en la Isla sean foráneas.

Es por ello que el presidente de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes de Menorca, Daniel González, indica que ya se ha puesto sobre la mesa una posible modificación de las cartas gastronómicas para especificar el precio de un plato de langosta pescada en la Isla respecto de otro cocinado con langostas importadas.

Un control exhaustivo

A pesar de que la satisfacción por este nuevo marchamo sea la tónica dominante entre el sector, hay quienes lo tildan como "una canallada por querer tener un control exhaustivo sobre la situación".

Desde el restaurante Jagaro del puerto de Maó explican que entre Mallorca y Menorca hay una zona buenísima para estas capturas, una "barbada" a la que acuden los pescadores de Ciutadella y los de Mallorca y que por tanto, "se pesca la misma tipología de langosta aunque luego se venda en islas distintas", explica el encargado Jaume Garriga quien considera "una discriminación que las dos langostas no se vayan a tratar de la misma manera".

Además puntualiza que en el mar no hay fronteras por lo que una langosta "hoy puede estar en Menorca y mañana en Mallorca o Marruecos, y todas ellas son pescadas en el Mediterráneo". En este sentido duda de que la iniciativa sea bien aceptada entre el gremio de pescadores y cree que "es la caldereta de langosta, el plato, aquello que debería ser distinguido con algún cuño de calidad por haber sido elaborado con arte menorquín y goce del sabor que le da la buena langosta".