Novedades. Los trabajadores reunidos en asamblea escucharon anoche las explicaciones ofrecidas por el comité sobre la situación - Gemma Andreu

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Los trabajadores de Quesería Menorquina comienzan a vislumbrar luz al final del túnel.
El Govern aprobó ayer la concesión de un préstamo de un millón de euros a la factoría mahonesa con el fin de garantizar la continuidad de la actividad productiva y mantener los puestos de trabajo. La portavoz del Ejecutivo autonómico, Joana Barceló, explicó que este "avance extraordinario" acordado por el Consell de Govern, será aportado al 50 por ciento por las consellerias de Presidencia y de Trabajo.

De este modo, 500.000 euros serán destinados por "interés público" en favor de la empresa propiedad de Nueva Rumasa, que se encuentra en fase preconcursal desde el pasado 17 de febrero. Los otros 500.000 euros irán a manos de los proveedores de la cuajada necesaria para mantener la producción fabril. Este préstamo se hará efectivo en dos pagos, cada uno de los cuales se realizará cuando la empresa presente las facturas correspondientes al suministro de cuajada de las mensualidades siguientes al acuerdo del Consell de Govern. No obstante, la empresa ya adeuda a empleados y suministradores algo más de 850.000 euros a cada colectivo. El avance extraordinario no está sometido a ningún tipo de interés pero deberá ser retornado a las arcas públicas en un plazo máximo de ocho meses. La concesión de esta ayuda a Quesería responde a la solicitud hecha por los representantes de la empresa, "los cuales manifestaron la necesidad de poder reemprender la producción para mantener su continuidad y los más de 180 puestos de trabajo directos", señaló el Govern en un comunicado. El Ejecutivo autonómico justifica el préstamo al considerar que Quesería constituye una de las empresa industriales "de mayor importancia estratégica" de la Comunidad Autónoma. Y también por la economía que genera su propio sistema de producción en los sectores agrario e industrial menorquines.

"El Govern ha considerado la gravedad de la situación, tanto para la imagen empresarial de la Isla y Balears, como para el contingente de trabajadores afectados", remarcó el Ejecutivo autonómico. Igualmente, apoyó su argumentación en el "impacto negativo" que la no continuidad de la empresa tendrá sobre los sectores agrario e industrial y en la economía del archipiélago. "El objetivo es mantener los puestos de trabajo y evitar que salga de Balears una de sus empresas más representativas", indicó.

GRATA ACOGIDA
La concesión de esta línea de financiación coincidió con una nueva jornada de inactividad en la fábrica por falta de materia prima. La ayuda fue valorada positivamente por los trabajadores de Quesería Menorquina. "Cualquier inyección de dinero que ayude a reactivar la planta es siempre bienvenida", comentó cauta la secretaria del comité de empresa, Margot Sastre, a la espera de conocer con más detalle el contenido de este anuncio. Precisamente, a media tarde de ayer, responsables del comité, el secretario general de la Federación Agroalimentaria de CCOO, Jesús Villar; el director general de Quesería, Jesús Esparza; la consellera balear de Trabajo, Joana Barceló, y su homónima insular de Economía, Antònia Allès, mantuvieron una reunión informativa en la sede del Consell. Poco después del encuentro, los responsables del comité de empresa se dirigieron a la fábrica para explicar a la plantilla, reunida en asamblea, la situación de la empresa y las negociaciones en curso.

Insolvencia
En el horizonte más cercano de Quesería Menorquina podría estar la presentación por parte de Nueva Rumasa del esperado concurso de acreedores y la entrada en la empresa de un administrador judicial que tome las riendas. La declaración de insolvencia supondría la aplicación de un plan de viabilidad (no es descartable un Expediente de Regulación de Empleo temporal), el levantamiento del embargo de las cuentas de clientes y permitiría a la planta recibir liquidez.

Además, en la jornada de ayer, se produjo un nuevo suma y sigue. Nueva Rumasa solicitó el concurso de acreedores de la compañía láctea Clesa y de la firma de batidos Cacaolat, con lo que ya son cuatro las sociedades de la familia Ruiz Mateos que suspenden pagos, junto con Dhul y Carcesa (Apis y Fruco). El panal de la abeja comienza a desmoronarse.