CALA GALDANA. La playa de Ferreries, una de las más concurridas y populares de Menorca, puede ser una de las que sufran con mayor contundencia los efectos del cambio climático - Archivo

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El dato puede parecer alarmante, pero es la conclusión de un estudio científico que ha escogido Son Bou, la playa más extensa de Menorca para comprobar cómo afectará la subida del nivel del mar prevista para las próximas décadas. En este caso, la conclusión es clara: si el nivel del agua marina sube unos 20 centímetros de aquí al 2050, tal como establece el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, el arenal de Son Bou retrocederá entre seis y diez metros, depende de la zona de la playa que se analice.

Así, el sector oriental de la playa (y donde se ubican los hoteles) retrocedería entre seis y diez metros. Esto significa que desaparecería entre 40 y un 65 por cien de la superficie de la playa, teniendo en cuenta que ésta tiene en este tramo una profundidad de entre 15 y 20 metros. En el sector occidental del arenal, el retroceso de la línea de costa sería algo menor, como máximo de ocho metros, lo que supone una disminución máxima de la playa de entre el 40 y el 55 por ciento, teniendo en cuenta que en este punto el arenal es más profundo, de entre 15 y 30 metros de anchura.

En el caso de este retroceso, el efecto sobre la playa no sería tan dramático como en otros puntos, porque la orografía de la zona, con un espacio húmedo justo detrás de la playa, permitiría que no se perdiera superficie de playa, sino sencillamente que ésta retrocediera, en detrimento del Prat de Son Bou, que vería reducida de manera notable su extensión.
Muy diferente y más contundente sería el efecto de la elevación del nivel del mar sobre otras playas que no disponen de suficiente profundidad de arenal para que el retroceso de la línea del litoral no suponga la inmediata desaparición de la playa. Los autores del estudio apuntan en este sentido a otra de las playas más icónicas y concurridas de Menorca: Cala Galdana. En este caso, no hay espacio físico tras el actual arenal para que se convierta en playa. Los autores del estudio son contundentes: la playa desaparecerá, algo que también podría pasar con Cala Blanca.

Los autores del estudio entienden el posible alarmismo al que induce este informe, y ya avisan que "se trata de hablar de una nueva situación geoambiental adaptada a las zonas de playa". De todos modos, añaden que la presión urbana ejercida en algunos frentes de cala, como es el caso de Cala Galdana, reduce las posibilidades de la naturaleza para regenerarse, y reduce las esperanzas de que la playa se pueda conservar de manera natural.

Como norma general, las playas urbanas serían las que más padecerían el crecimiento del nivel del mar. Las naturales se readaptarían a la nueva situación. Otro ejemplo. La playa de Binigaus dejaría de ser un espacio abierto, y se convertiría en lo que se conoce como una cala encajada, sin los espacios de arena que actualmente se pueden encontrar a los pies de los acantilados de poca altura.

Este estudio, elaborado por científicos de la Universitat de les Illes Balears, del Sistema de Observación y Predicción Costero de Balears y de la Consultoría Ambiental Qu4tre, introduce también otro concepto científico que empeora las condiciones de futuro para Son Bou. Se trata de las llamadas cotas de inundación, un índice que calcula la cota máxima alcanzada por la acción conjunta de la marea astronómica, marea meteorológica y ascenso del oleaje en una playa. El estudio considera que la cota de inundación es de 1,5 metros, lo que significa que en estos casos excepcionales, la playa desaparecería por completo y se inundaría la mayor parte de la zona húmeda que se ubica tras ella. Esto pasaría, no obstante, solamente en caso de fuertes temporales, y calculando ya que el nivel del mar habría aumentado los veinte centímetros previstos por el efecto del cambio climático.

Teniendo en cuenta tanto la elevación del nivel del mar como la cota de inundación en casos extremos, el estudio concluye que "los mayores problemas derivados de esta situación se centrarían en el sector oriental de la playa que se encuentra ocupado por un aparcamiento y una zona hotelera. Este sector no tendría la posibilidad de adaptación gradual tal y como tienen capacidad de hacerlo los sistemas naturales, por ejemplo los sistemas dunares".