Velero. El buque que está atracado en la Base Naval de Maó, cuenta con una eslora de 64,7 metros y una manga de diez metros, cuatro mástiles y once velas - Paco Sturla

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Soltar amarras, izar velas, conocer los entresijos del mar, aprender de la prudencia, cortar de raíz con la dependencia del móvil, desafiar a los mareos y, sobre todo, ejercitar la capacidad de convivencia y el trabajo en equipo. Así podríamos describir la experiencia que están saboreando los 52 alumnos que zarparon de Lisboa para embarcarse en una expedición marítima que durará 21 días.

El martes recalaron en el puerto de Maó después de nueve días de navegación desde su salida en Alfeite. Esta tarde a las 18 horas zarparán hacia Cartagena para terminar en Cádiz el próximo 25. El "Creoula" es un buque-escuela portugués que está desarrollando un proyecto académico impulsado por la Universidad Itinerante del Mar (UIM). Esta universidad es una plataforma de cooperación europea dirigida a estudiantes universitarios y pre-universitarios que tiene por objetivo aproximar el mar a estudiantes de varios orígenes y llevarlos a descubrir y valorar el trabajo en equipo.

En esta campaña, el "Creoula" cuenta con una dotación de 92 personas, 40 de ellas de la Armada Portuguesa y las 52 restantes civiles, es decir, estudiantes.

En concreto, viven esta experiencia alumnos de la Universidad de Oviedo, estudiantes de la Escuela Naval de Lisboa, de las Universidad de Algarve, Aveiro y Politécnica de Viana do Castelo, de Portugal, además de la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universidad de Almería, la Rovira i Virgili de Tarragona, la de Cantabria, la Universidad de Guadalajara en México y la Universidad Federal do Spirito Santo de Brasil.

Los estudiantes que se embarcaron en este nueva experiencia proceden de carreras muy variadas como pueden ser futuros médicos, periodistas o abogados, entre otros. Y es que el objetivo no es sólo aventurarse en alta mar y conocer las peculiaridades de la navegación sino que la base del proyecto está en conseguir que "jóvenes de distintos puntos, sin identidad, sin conocerse, desarrollen proyectos, se organicen y acaben siendo un equipo, es un laboratorio de convivencia y tolerancia", asegura el director de la UIM, Fermín Rodríguez.

Todas las tareas son compartidas entre la dotación marina y los "instruendos", según apunta el comandante Nuno Cornelio Da Silva. "Aprenden a manejar el timón, se les explica sobre meteorología, sostenibilidad del océano, hidrografía, geopolítica, comercio y transporte, entre muchos otros aspectos", añade. Pero también deben convivir con el día a día de la navegación aprendiendo a cocinar el pan, a compartir la experiencia con el balanceo y a soñar a sólo un palmo del compañero.

La campaña de este año se ha dedicado a "El Mediterráneo, la conexión de tres mundos. Un bicentenario y muchos desafíos comunes". De ahí que el proyecto haya navegado por aguas menorquinas. Fermín Rodríguez explica que la estancia en la Isla ha permitido dar a conocer a los alumnos "la importancia del puerto de Maó al estar considerado parte del imaginario marítimo mundial". Para Rodríguez, el puerto mahonés es un paraíso que todos debemos conocer y conservar.

En este sentido, el capitán de fragata Nuno Cornelio Da Silva apunta que la campaña es una apuesta fuerte de concienciación y que "pone en práctica la teoría de que hay que mirar el mar todos juntos, no sólo los marinos y pescadores".

La campaña a bordo del "Creoula" incluye cerca de 312 horas de navegación y recorrerá unas 1.500 millas náuticas a una velocidad media de seis nudos.
Cabe señalar que a día de hoy el buque-escuela lleva recorridas unas 1.040 millas, unas 185 horas de navegación.

Este barco es un lugre de cuatro mástiles y once velas, con una eslora de 64,7 metros por otros diez de manga. Cuenta a su vez con un motor auxiliar de 500 caballos. Fue construido en 1937 y siempre ha lucido la bandera de Portugal.

Fabricado en hierro en un tiempo récord de 62 días, el "Creoula" es un buen testimonio de los tiempos de pesca del bacalao. Y es que en sus comienzos, este buque servía de bacaladero en la zona de la isla de Terranova y Groenlandia hasta 1973 llegando a pescar hasta 700 toneladas de bacalao al año.

Junto al "Santa María Manuela" y "Argos", eran considerados la Flota Blanca. No fue hasta el 1987 cuando el buque fue entregado a la marina portuguesa y reconvertido en escuela de alta mar. No sólo está destinado a las campañas de la UIM sino que además es utilizado en numerosos proyectos ya sean de integración social, universitarios o empresariales para la formación de líderes. Antes de zarpar con los alumnos de la UIM, el "Creoula" había recibido a un grupo de 52 biólogos marinos.

Desde el 1987, el buque-escuela ha instruido a más de 20.000 alumnos.

Cabe señalar que algunas zonas del velero mantienen el aspecto de sus orígenes lo que le dotan de un ambiente peculiar y especial. Es el caso de la sala de oficiales o algunos elementos en la cubierta como son los barcos utilizados para pescar bacalao.

Este buque edita un periódico de a bordo, el "Alvorada" o "Diario de la Mañana", donde se recogen experiencias, conocimientos, pensamientos y aprendizajes. Sin duda, el nombre de Maó y Menorca quedarán imprimidos en esta historia de alta mar.