Posidonia. Su retirada ha provocado, un verano más, una encendida polémica política - x.r.

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El sistema escogido en Menorca para hacer frente a la posidonia en las playas se está erigiendo como uno de los más respetuosos con el entorno de Balears.

Así se podrá comprobar mañana en el Congreso Nacional de Geomorfología litoral, donde la consultora ambiental Qu4tre, en conjunto con la Universitat de les Illes Balears (UIB), presentará un estudio en el que se demuestra que los métodos usados en Menorca implican la pérdida del cuatro por ciento de la arena de las playas.

Un porcentaje de por sí bajo, pero que se vuelve aún menor si se compara con los que se producen en otras islas.

En Balears, por ejemplo, la retirada de posidonia en Mallorca supone la pérdida de un tercio (32 por ciento) de la arena de las playas.

En Eivissa se elimina el 69 por ciento de la arena, y en Formentera el porcentaje se eleva hasta el 85 por ciento.

Si se cruza el Atlántico, se observan otras islas también turísticas donde el efecto es aún mayor: en la República Dominicana, la retirada de las 'algas' mediante un sistema mucho más agresivo e impactante que el que se aplica en Menorca supone la pérdida del 91 por ciento de la arena de las playas, un dato sorprendente si se tiene en cuenta que en esta isla, precisamente las playas son el principal atractivo turístico.

Cabe destacar que este año, a pesar de que se anunció que las máquinas retirarían la posidonia de algunas calas vírgenes, finalmente solo se actuó en una ocasión después de que los técnicos demostraran a los responsables del Consell que el esfuerzo resultaba inútil. Finalmente se adoptaron métodos alternativos, que se han aplicado durante la temporada alta.