Lara. Recogió anteayer un reconocimiento por parte del GOB - Javier

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Corren malos tiempos para las entidades culturales, y sin embargo Líthica está a punto de cerrar un buen año pese a que las perspectivas económicas les han llevado a reducir drásticamente sus actividades. Las buenas noticias son el reconocimiento que el proyecto sigue recibiendo desde fuera de la Isla, el recién otorgado Premio Pere Prats por parte del GOB y la creación de una fundación como herramienta para consolidar en el futuro el proyecto ideado hace ya 17 años por Laetitia Lara.

¿Cómo se llega a la decisión de que Líthica se convierta en una fundación?

No es que Líthica se transforme, la asociación sigue existiendo, pero se ha creado una fundación en conjunto con cuatro miembros de la familia propietaria de las canteras. Yo seré la presidenta como fundadora de la entidad original. Lo que hará ahora Líthica es consolidar el trabajo que lleva realizando desde hace 17 años.

¿Qué cambia entonces?

A partir de ahora no se pagará alquiler, cuyo importe estará destinado a cubrir un préstamo que hemos pedido para el capital inicial necesario para la constitución de la fundación. Si ésta respeta sus principios y estatutos, ya no dependeremos de un contrato de cesión de 30 años como hasta ahora, al haber firmado un acuerdo indefinido. Todo pasa por seguir considerando las canteras como un patrimonio etnológico, una escultura en al paisaje, un jardín… Si el uso sigue siendo medioambiental y cultural, la familia no cobrará alquiler.

Entonces, el cambio es meramente formal...

Sí. Lo que pretendemos es dar continuidad y consolidar el proyecto. Ahora la familia participa de una forma más activa en Líthica al estar integrada en el patronato. El proyecto está ahora enraizado con la familia propietaria y eso es bueno.

¿Las instituciones tendrán cabida en el patronato?

No queremos que sea demasiado abierto, porque queremos mantener en control. No obstante, estamos interesados en que formen parte el Ayuntamiento de Ciutadella y el Consell. El Consistorio ya nos ha mostrado su interés, y su integración en el proyecto está pendiente de ser aprobada por pleno. En el caso del Consell, al principio dijo que sí, pero actualmente lo están estudiando y esperamos su respuesta definitiva. Nos parece muy interesante la participación del Ayuntamiento, sabemos que ello no implica dinero de forma directa, pero es un apoyo institucional fundamental para conseguir fondos.

La fundación es entonces como un seguro para el futuro de la entidad…

Sí, si el uso es correcto. Lo que ocurrirá si alguien pretende hacer un uso diferente es que la familia propietaria cortará el hilo.

¿Qué proyectos nuevos tiene Líthica?

Ninguno, el trabajo ahora es consolidar. Hay que tener en cuenta que estos tiempos que corren son muy difíciles para todas las asociaciones. Aprovecharemos los cambios internos para empezar desde cero. Líthica no depende al completo de las subvenciones, pero sí en un 40 por ciento aproximadamente. Reduciremos a cero los proyectos y las actividades, y nos autofinanciaremos con las entradas que cobramos durante la temporada turística por el acceso al recinto. Esperamos que la nueva estructura nos facilite la tarea de buscar nuevos colaboradores privados. La fundación da más peso al proyecto.

¿Pero cuál sería la prioridad?

Sin duda alguna, avanzar en la obtención de permisos para poder organizar eventos culturales dentro del recinto. La intención es que el asunto, que está parado desde hace tiempo, se retome con la puesta en marcha de la fundación. También nos centraremos en potenciar mucho las visitas turísticas, porque van a ser nuestra principal fuente de ingresos.

¿Cómo ha ido evolucionando el número de visitas en los últimos tiempos?

Muy bien, cada año incrementamos un 10 por ciento. La pasada temporada pasaron por el recinto unos 16.000 visitantes.

¿Y qué ha supuesto el premio Pere Prats?

Estamos muy contentos, ha sido un gran reconocimiento. Estamos felices de que el GOB haya reconocido nuestra tarea de haber transformado un vertedero en un recito cultural ajardinado, que es la esencia de Líthica.