Costa norte. Mientras fuera de la reserva la biomasa de peces se mantiene, en la reserva se ha disparado - Archivo

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La zona de máxima protección pesquera de la costa norte de Menorca está saturada, literalmente "no caben más peces". Un estudio del Servei de Recursos Marins de la Consellería balear de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio revela que esta zona de la reserva llegó a su máxima capacidad de carga entre 2004 y 2006, apenas cinco o seis años después de su creación.

El área de máxima protección o reserva integral (zona A) se encuentra situada entre Cala Barril y el Pla de Mar. En ella está prohibida cualquier actividad extractiva y el fondeo sobre las praderas posidonia. En total, unas 1.005 hectáreas de las 5.119 que ocupa toda la reserva de la costa norte y que abarca desde la bahía de Fornells (límite oriental) hasta el cabo Gros (límete occidental).

De hecho, según pone de manifiesto el mismo informe, desde 1999, la cantidad y variedad de peces se ha multiplicado por cuatro en ese área de máxima protección pesquera. Así, mientras fuera de la reserva la biomasa de peces se ha mantenido estable entorno a los 1.000-2.000 gramos por cada 250 metros cuadrados, en la llamada zona de reserva integral, de máxima protección, como en la reserva parcial (donde se puede pescar de forma sostenible), la biomasa se ha disparado. En la reserva parcial la densidad de peces ha pasado de 1.000 a 4.000 gramos y en la de máxima protección de 1.500 a 6.000 gramos.

Hay que recordar que la reserva parcial está divida a su vez en dos zonas; una que comprende toda la parte del sudoeste de la bahía de Fornells hasta la punta de Ses Salines (zona B), y donde se puede autorizar la pesca profesional de artes menores durante el invierno y otra, el resto de reserva (zona C) donde se permite la pesca profesional y el buceo deportivo con autorización expresa de la Dirección General de Pesca y la pesca recreativa.

Cavalleria: cuadruplica

El estudio destaca que el aumento de la biomasa de las poblaciones es más espectacular en los alrededores de Cavalleria, donde se ha cuadruplicado el número de ejemplares, aunque no se observan signos de haber llegado al punto de saturación.

El informe señala que todo ello se debe a las excepcionales condiciones ambientales de este lugar, mejores incluso que las existentes en la zona de máxima protección También pone en evidencia los efectos "nefastos" de la pesca submarina sobre los peces litorales. La presencia o ausencia de esta práctica es, según el estudio, la principal diferencia entre la reserva y la no reserva.

El informe destaca que el buen funcionamiento del área parcialmente protegida refuerza la idea de la existencia de factores independientes del nivel de protección que interactúan en la reserva.

"Frente a los trabajos científicos que ponen en duda la validez de estas áreas parcialmente protegidas, se demuestra la compatibilidad de ciertos usos, limitados y controlados (pesca de artes menores y recreativa, buceo recreativo) con la recuperación de las poblaciones de peces", subraya el informe.

En cuanto a las especies, la recuperación de la reserva se ha puesto de manifiesto sobretodo con peces de gran valor de las familias de los espáridos (sargos, 'variades', denton, doradas), los serránidos y gran lábridos, todos ellos objeto de la pesca profesional y recreativa con artes y aparejos permitidos en la actualidad. Destacan el caso de los sargos y de los meros.