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Soy Francisca Ferres Fernández, muchos me conocen por Curra. Nací en Córdoba hace casi 53 años y vine a Maó para ser profesora de baile flamenco en la Escuela de Danza Ute Dahl hace doce años. Hace casi un año que, junto con mi hermana Amparo, creamos la Escuela de Flamenco Ferres Danza y estamos muy contentas con los resultados obtenidos hasta el momento.

Cuando inauguraron la escuela de flamenco hace un año dijeron que traerían grandes figuras a Menorca, empiezan con Rafael Amargo, que no es poca cosa...
La verdad es que estamos muy contentas de que Rafa Amargo, a quien considero el maestro, haya aceptado dar una master class el próximo domingo en la Sala Multifuncional de Es Mercadal. Lo hará para todos los que quieran profundizar en la expresión corporal y la comunicación flamenca. El flamenco es un sentimiento y hay que educar el cuerpo para sentirlo enteramente, como Rafa Amargo. Con todo ello pretendemos que la fuente de riqueza que llegue a la Isla sea del todo auténtica.

Ofrecerá la master class justo unos días antes de su actuación en el Teatre Principal.
El viernes, a las 21 horas, el público tendrá el gustazo de poder asistir a "Rafael Amargo y Linares Ortiz". Amargo vuelve en esta ocasión, estuvo aquí hace dos años, con una parte de su compañía y bailará con caballos de raza menorquina. Lo ha organizado la Associació Rociera Illa de Menorca y nuestra escuela, junto con la de Ute Dahl, pensamos que era una magnífica ocasión para poder aprender algo más de este gran bailador que es también un gran amigo.

¿Qué relación personal tiene usted con Rafael Amargo?
Lo conocí cuando tenía 17 años y llegó a Madrid para estudiar baile, entonces ya tenía claro que iba a ser un artista, un gran bailador. La casualidad hizo que coincidiéramos en la Pensión Antón Martín donde compartimos habitación, los dos íbamos a la Academia Amor de Dios. Desde el inicio se le reconoció un gran talento, tiene una energía especial, cuando él está se hace notar, sabe como expresar el sentir, siempre está más allá que los demás. Por otro lado es una persona muy humilde y lo he visto ayudar, y me ha ayudado a mí, siempre. Ha ofrecido su casa a muchos y ha buscado trabajo, y lo ha ofrecido, siempre que ha tenido la oportunidad. Ha sido siempre un gran compañero.

¿Bailaban juntos?
Sí, yo he estado de gira con el en varias ocasiones. Con la Compañía Juan Antonio y Ramon de los Reyes estuvimos dos meses de gira. Con Mario Maya fuimos a Nueva York. También hemos bailado juntos por Sudamérica en países como Argentina, Uruguay...

¿Porqué lo dejó?
La exigencia era muy grande y en un momento determinado sentí que quería una vida más tranquila, una serenidad que encontré en Menorca donde me encuentro muy a gusto.

¿Menorca es más receptiva al flamenco con el paso del tiempo?
Estoy convencida de que sí. En nuestra escuela tenemos más alumnas menorquinas que andaluzas, muchas se sorprenden y suelen comentar que deben tener algún antepasado andaluz, pero yo siempre les digo que hasta en Japón hay pasión por el flamenco. Las menorquinas también son muy trabajadoras y cuando logran meterse lo sienten de lleno.