Revolucionario "sin pistola". José Tadeo aboga por un cambio político y social de gran calado - Gemma Andreu

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José Tadeo Miguel (Es Castell, 1930) ha dedicado casi toda su vida a causas sociales, la mayoría de ellas vinculadas a su pueblo natal. En su currículum figura, entre otras muchas actividades, el desempeño del cargo de alcalde durante los primeros años de la democracia (1979-1983), la implicación en Caritas Diocesana así como en el proyecto que desarrolla el misionero menorquín Manolo Bonet en Binde (Ghana) y la asunción, en diferentes ocasiones, de la presidencia de la Asociación de Vecinos des Castell, función que a día de hoy todavía ostenta.

En definitiva, una trayectoria "ligada al compromiso y a la defensa del interés general desde una actitud abierta, generosa, dialogante, que fomenta los valores de justicia social" y que le ha llevado a ser merecedor del Premi Pere Prats de Medio Ambiente 2012 que le concederá el GOB mañana a las 18 horas en la sede de la entidad en Maó.

José Tadeo habla desde la experiencia, y la seguridad, que le dan sus bien cumplidos 82 años. Y no se muerde la lengua cuando analiza la actualidad política, social y económica, que sigue a diario con el interés y la inquietud propios de quien ha estado siempre en primera línea de determinados movimientos ciudadanos. A su entender, "los partidos políticos han dividido al pueblo, han fomentado muchos antagonismos por intereses propios", todo ello en detrimento de valores, tales como la solidaridad, y dinamitando, en última instancia, la armonía y la cohesión social.

Su receta para hacer frente a esta deriva consiste, como él dice, en aplicar una buena dosis de democracia. "El pueblo debería tomar la iniciativa y gobernarse por sí solo", asevera tajante, sin vacilaciones. La convicción que desprende su tono de voz denota que esta afirmación es fruto de una reflexión madurada con el paso de los años y construida a partir de sus propias, y no pocas, vivencias. El ejemplo con el que se apoya así lo demuestra. Para José Tadeo el funcionamiento de las asociaciones vecinales garantiza el cumplimiento del interés general. "No aplican más criterio que el ciudadano; son un pilar básico del sistema democrático", esgrime.

Así las cosas, el que fuera primer edil de Es Castell, ve una única salida posible (y que, a su vez, considera factible): que las instituciones de gobierno, ya sean locales, autonómicas o estatales, se limiten a las tareas de administración y que el gobierno, la capacidad de decidir, recaiga en los ciudadanos. A este respecto, recuerda una conversación que mantuvo con un edil: "Le dije que no me tenía que gobernar, que lo que tenía que hacer era administrar lo nuestro con una única finalidad: mejorarlo".

Su discurso entronca directamente con el movimiento social aglutinado en torno al 15-M y cuya principal reivindicación se centra en reclamar un cambio de modelo que garantice una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones. "Es un movimiento natural que surge como consecuencia del cansancio y hastío del pueblo ante las desigualdades que genera un sistema impuesto por los partidos en connivencia con otros poderes", señala al respecto.

También se indigna con los recortes, especialmente con aquellos que afectan a los pilares del ya lejano Estado del Bienestar: la sanidad, la educación y los servicios sociales. "El pueblo los ha pagado y el pueblo merece tener unos servicios de calidad. Lo que nos han hecho es una canallada y una prueba más de los malos tiempos que atraviesa la democracia". Para alguien que ha comido "muchos chuscos en tiempos de penurias", como le gusta recordar, logros como éstos son sencillamente irrenunciables.

En este punto le resulta inevitable la referencia a las situaciones dramáticas que viven multitud de familias y que tienen su peor rostro en los desahucios. "Los bancos, con la complicidad de los gobiernos, nos dieron más de lo que necesitábamos y nos inculcaron que no hacía falta ahorrar. Y ya se sabe que es difícil que la gente tenga cordura", reflexiona para, a continuación, concluir con tristeza que los desahuciados "son víctimas de intereses indignos". Con todo, concluye, "nada cambiará si no existe una necesidad colectiva que empuje a la gente a juntarse con un único fin".

Este sentimiento de pertenencia a la colectividad ha estado siempre muy presente a lo largo de su vida. "Desde siempre he colaborado con iniciativas que pudieran redundar en beneficio de la comunidad", reconoce.

A las actividades de carácter más local ha ido sumando otras con un radio de acción más amplio como las movilizaciones a favor de la protección de parajes de alto valor medioambiental en los inicios del ecologismo activo en Menorca. "Me bañé en Macarella y me impliqué en esta causa porque la sentía como propia, porque también era mi causa", puntualiza no sin antes advertir que uno de los principales problemas en la actualidad es la falta de afección, de compromiso: "Hoy perdemos muchas cosas porque no las sentimos como propias".

Preguntado sobre el Plan Territorial Insular y el debate abierto en los últimos tiempos alrededor de su modificación, Tadeo se muestra contundente: "El PTI lo debería gestionar el GOB, una entidad que ha demostrado sobradamente su valía y saber hacer con nuestro territorio".

A buen seguro, este juez de paz jubilado, revolucionario "sin pistola" y voluntario incansable, arrancará unos cuentos aplausos mañana en el acto de entrega del Premi Pere Prats 2012 que tendrá lugar a las 18 horas en el Molí del Rei, la sede del GOB en Maó.