TW
0

Autoficha
Me llamo Mandy Tuquet y soy inglesa de nacimiento, pero en realidad soy una trotamundos. Me fui de niña de Inglaterra y he vivido en Australia y Sudamérica donde se me abrieron los ojos a un mundo inmenso. Ejercí como profesora de inglés durante mucho tiempo tanto en escuelas como para empresarios. Estuve en Menorca en 1969, con el tiempo conocí a mi marido, Osvaldo Correche, nos fuimos y regresamos en el año 2004. Desde hace un tiempo hago amplias colaboraciones con el Museo Militar, soy traductora y colaboro con las visitas diurnas del Castillo de San Felipe que ahora se realizan los sábados a las 10 horas.

El Castillo de San Felipe de día y de noche, dos visitas distintas ¿muy complementarias?
De día, para ser sincera, la gente cuando llega se pregunta dónde está el Castillo. Al tratarse de unas ruinas de entrada cuesta ver todo lo que hay escondido. En cambio por la noche todo se ve distinto por la oscuridad y la visita está maquillada por los figurantes y con todo se convierte como una especie de película. La visita de noche tiene un esquema fijo, todo tiene que transcurrir según lo previsto y el guía recita. En cambio durante el día la visita es diferente, se puede explicar algo más e intentamos dar todo de si para que se desborde la imaginación, nos ponemos en el papel de la gente que describimos y transmitimos toda la crudeza que vivieron en esos días.

Sus visitas trascienden por el entusiasmo con el que narra cada detalle, ¿cómo se ha introducido en el pasado de las ruinas?
Lo he hecho de la mano de personas eminentes como el coronel Francisco Fornals y los historiadores Terrón Ponce, Micaela Mata y Miquel Àngel Casasnovas. Yo humildemente investigo sobre el material que han aportado estos investigadores e intento ir más allá profundizando por ejemplo en los museos de Inglaterra, luego lo corroboro con el coronel Fornals y el capitán Javier Girona a quien le he de agradecer la oportunidad de poder colaborar con el Museo y el Castillo a través del cual me he introducido en la historia de una manera muy distinta a la que había vivido desde un ámbito más académico. Yo siento absoluta pasión por mi trabajo y la gente me lo agradece, como se traduce de las valoraciones que se hacen y los comentarios que recibimos. Entonces me lo tomo como una ratificación de que lo que hago es correcto. Me gusta hacer vivir la historia de San Felipe de día.

¿Para muchos menorquines sigue siendo una visita pendiente?
Sí, han venido muchos pero aún quedan muchos por venir, aunque en las visitas diurnas el mayor porcentaje es de gente de aquí y de la Península. He de reconocer que me gustaría ver a más ingleses con mayor interés por una historia que también les concierte. También quiero subrayar que esta historia forma parte también de todo el bagaje arqueológico tan importante en Menorca, y que la historia del Castillo de San Felipe se ha de entender en el marco del Mediterráneo, ese mar por donde han navegado tantas historias que están todas relacionadas. Hay que dar más a conocer todo lo que significan hasta hoy día.