Ya es historia. La antigua sucursal de Caja Madrid, reconvertida en Bankia en 2011, en la calle Ses Moreres de Maó. La oficina ya estaba cerrada ayer aunque el cajero se mantiene operativo. - Javier

TW
0

Movimiento de puertas adentro, de cajas y de mudanza, en la oficina de la avenida Fort de l'Eau, y cierre a cal y canto en la antigua sucursal de Caja Madrid en la calle Ses Moreres, donde colgaba un cartel con una despedida escueta y que remite a los clientes a la calle Almirante Cervera del Port de Pollença, en Mallorca, o al teléfono de información 902 de la entidad. Así fue ayer la despedida de Bankia de Maó, situación que se repitió en Ciutadella, ya que sus clientes menorquines se han quedado sin banco, al menos físicamente, y han pasado a depender de una oficina en el norte de Mallorca, a unas 33 millas náuticas de distancia.

El 26 de abril era la fecha señalada en el calendario para que Bankia abandonara el mercado bancario menorquín dejando atrás a unos clientes en su mayoría desorientados, porque no tienen claro cómo van a realizar sus gestiones a partir de ahora. Un buen número de titulares de cuentas en la entidad se ha dado de baja y ha cambiado de banco, incluso algunos de los ahora ya extrabajadores de la empresa, despedidos como consecuencia del cierre de todas las sucursales en la Isla, según pudo saber ayer este diario.

Los que mantienen abierta su cuenta son principalmente aquellos que tienen concertados préstamos personales e hipotecas con Bankia. En estos casos también se han producido bajas de clientes, que han optado por mantener únicamente la cuenta vinculada a su hipoteca y transferir la cantidad cada mes. De momento no saben si esta operación tendrá un coste añadido, por transferir el dinero desde otro banco o caja, pero temen que sea así, y que tengan que pagar comisiones. "No tengo ni idea de cómo voy a hacerlo", comentaba ayer una clienta que intentó ayer acceder a la sucursal de Fort de l'Eau sin éxito, ya que los exempleados que estaban en el interior ya no abrían la puerta. "No puedo cambiar la hipoteca de banco", añadió, "todo eso cuesta dinero, tendré que ir pagando desde otra entidad". Otra usuaria utilizaba el cajero de la oficina de Ses Moreres sin saber con exactitud cuánto tiempo estará operativo. El plan de reestructuración de Bankia -que surgió de la fusión de Caja Madrid y Bancaja en 2011-, deja en la calle a trece de los catorce empleados que tenía la entidad en Menorca. El único que mantiene su empleo, procedente de la plantilla de la antigua Caja Madrid, será el encargado de atender los asuntos de Bankia en la Isla, pero trabajará 'on line' desde su casa y con un ordenador portátil. El resto queda incluido en el Expediente de Regulación de Empleo que supone la pérdida de 136 puestos de trabajo en la Comunidad balear.