A bordo. La pareja en un "llaüt", que les llevó hasta Ses Salines - Javier

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Quizás se convierta en la boda del año en Menorca o al menos, la que mayor expectación genere pero sin duda, Fornells ha salido a la calle éste sábado para seguir de cerca como la hija del President de la Generalitat de Catalunya, Patricia Mas Rakosnik se prometía fidelidad y amor eterno con el abogado Rubén Torrico. La iglesia de Sant Antoni Abat de Fornells quedaba pequeña para albergar a los más de 250 invitados, desplazados hasta Menorca para acompañar a la feliz pareja, que se convertía en el centro de atención de 'fornellers' y turistas despistados a pie de calle, que parecían no querer perder detalle. Una boda orquestada con perfume de manzanilla, y detalles marineros en una tarde estupenda de sábado que parecía diseñada para acoger bodas, banquetes y comuniones

Doble protagonismo
Poco después de las siete y cuarto de la tarde, padre e hija salían a pie desde su domicilio, recorriendo el paseo litoral hasta la iglesia, haciendo un guiño a los medios gráficos que se agolpaban para obtener las mejores instantáneas. Sin duda, en este largo camino hasta el altar, había un doble protagonismo compartido entre el President Mas y su hija Patricia, donde los más espontáneos se les acercaban para saludarles. A la entrada de la iglesia, el "Va Pensiero" de Verdi ponía firmes a los invitados y las primeras lágrimas de la novia, servían para regar el ramo de manzanilla que apretaba entre sus manos y que hacía juego con su tocado. Caras de emoción en el interior, y mientras tanto, expectación popular en el exterior, con gente agolpada en la entrada, tratando de cazar con el móvil algún rostro conocido.

Virolai, un Mehari y un llaüt
La ceremonia, oficiada por el escolapio Enric Canet, amigo de la familia Mas, se prolongó durante poco más de una hora en una iglesia que ya notaba el verano en su interior. Se leyeron versos de Machado y de Miquel Marti Pol, sonó la música de Leonard Cohen y se cantó al unísono, el "Virolai" a la Virgen de Montserrat para la bendición final. La salida de los recién casados fue a ritmo de Antonia Font, entre alegría de todos los presentes, que buscaban felicitar a las familias Mas y Torrico como fuera. A Rubén y Patricia les esperaba un Mehari blanco impoluto que los trasladaría hasta el muelle donde un "llaüt" adornado con pétalos rojos, los recibía para el trayecto marítimo hasta el restaurant Ses Salines. El resto, en autobús.