EXPERTA. Margarita Orfila es una persona de referencia en la arqueología insular - Javier

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PERFIL. Una de las personas clave que participó en la comisión técnica que promovió el servicio de Patrimoni Històric del Consell Insular de Menorca, para redactar y presentar el documento sobre la Menorca talayótica que ha posibilitado abrir el camino hacia la declaración de patrimonio de la humanidad por la UNESCO, es la menorquina Margarita Orfila, actual presidenta del Ateneu de Maó y catedrática de Arqueología de la Universidad de Granada. Licenciada en Prehistoria e Historia Antigua por la Universidad de Barcelona en Junio de 1980, es también Doctora en Filosofía y Letras, sección Historia por la Universitat de les Illes Balears. Ha impartido clases en la Universitat de les Illes Balears, la de Valencia, y desde 1990, en la de Granada. Dentro de las líneas de investigación destacan sus trabajos sobre la romanización de las Illes Balears, con especial dedicación a la ciudad romana de Pollentia (Alcúdia, Mallorca). Ha trabajado en el mundo paleocristiano de Balears, y actualmente, además de investigar sobre la época romana en Granada, trabaja en el urbanismo romano.
Margarita Orfila es, sin duda, un referente en el mundo arqueológico de Menorca que ya en 2009, cuando formaba parte del Institut Menorquí d'Estudis, propuso al Consell hacer estos pasos hacia el reconocimiento UNESCO. No en vano, recién acabada su carrera, publicó la primera guía arqueológica de Menorca en catalán, castellano e inglés. Méritos no le faltan.


¿Hablar de talayots es hablar de un gran museo al aire libre?
Sí, efectivamente, porque recordando la frase que Juan Hernández Mora dijo en los años 50, "es la historia que se puede ver".

¿Por qué es tan excepcional y singular la Menorca talayótica?
Una parte muy importante se debe a la excepcionalidad, en cuanto a la conservación de los restos arquitectónicos que han llegado hasta la actualidad. La otra, por la cantidad de restos que están en muy buen estado de conservación. Y la tercera razón sería por la densidad de monumentos que hay en la isla y que hace que haya más de 2 yacimientos por quilómetro cuadrado. Como ve, es un hecho impresionante.

¿Qué puede representar ser Patrimonio de la Humanidad?

Primero, la importancia del reconocimiento a nivel mundial del significado histórico de estos restos. Segundo, aunque ya están bajo la protección de la Ley de Patrimonio y la mayoría son Bienes de Interés Cultural (BIC), creo que el hecho de trascender para que no solo sean bienes para los menorquines o para los españoles, sino que sean para toda la comunidad mundial, que a partir de ahora también se preocupará por ellos, va a implicar un reconocimiento más allá de las fronteras sobre lo que significó la prehistoria en Menorca.

Recuperamos, así, el hecho de que en el siglo XVIII, gracias al libro de John Armstrong, se habla de prehistoria del Mediterráneo a través de la cultura talayótica de Menorca. Un libro que generó un eco que quizás, se recuperará. Y desde luego, también hay una parte muy importante desde el punto de vista de promoción ya que Menorca aparecerá de manera constante en la búsquedas que hace la gente que se dedican a visitar el patrimonio mundial. Va a existir un antes y un después del número de visitantes.

¿Me está diciendo que tendremos la misma importancia que las pirámides de Egipto o la muralla china?
Bueno, estaremos en la misma liga pero no es lo mismo el club de fútbol Granada que el Barça y en esto hay que ser realista con los pies en la tierra. El centro del mundo no está en Menorca y hay muchas otras cosas de mucho valor en todo el mundo. Pero, efectivamente, estamos hablando de elementos arquitectónicos singulares y de gran valor como las pirámides o la muralla China.

¿Cómo funciona el mecanismo de candidatura a la UNESCO?
Básicamente hay dos mecanismos. El primero es saber que todos los Estados siempre tienen en recámara, una serie de bienes factibles de ser declarados patrimonio de la humanidad. Esos bienes, se llaman la lista indicativa. El Estado, lo que hace es proponer que ciertos bienes, en un momento determinado, podrían alcanzar la categoría de patrimonio mundial.

Se prepara, pues, un pequeño dossier que se presenta en la reunión anual de UNESCO y el organismo decide si los bienes propuestos, se incluyen en la lista.
El 29 de enero de este año, la UNESCO aceptó la propuesta de España que la Menorca talayótica y los vinos de la Rioja fueran incluidos en la lista indicativa porque tenían opciones a ser patrimonio de la humanidad. Primer paso conseguido imprescindible.

¿Cuál es el siguiente?
El Estado obliga que, como mínimo, ha de pasar un año desde que has sido incluido en la lista indicativa para que decida finalmente presentarlo como patrimonio de la humanidad ante la UNESCO. Es un proceso de maduración porque el visto bueno final al expediente lo da el Ministerio. Es muy importante contar con la ayuda del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (ICOMOS), que ayudará a la redacción y que tiene un peso fundamental en la decisión final.

En el segundo paso, el Estado va calendarizando las presentaciones de las candidaturas y en principio, el acuerdo político que hay en este momento, tal y como lo declaró la Consellera de Cultura, Maruja Baíllo, es que España presentará a la Menorca Talayótica en junio del 2016. Cuando se presente desde el Estado el expediente a la UNESCO, va a ser ICOMOS quien lo examine y será clave a la hora que UNESCO lo apruebe

¿Qué posibilidades tenemos de conseguirlo?
Yo creo que buenas pero, evidentemente, depende del trabajo que se haga a partir de ahora. Que se haga un buen expediente, que haya una buena programación a nivel de marketing y comunicación, que se dé una buena imagen del mismo y que haya un buen apoyo político. La materia prima la tenemos porque tenemos un diamante en bruto que hay que saber pulir. En principio, la contratación de esta persona de ICOMOS por parte del Consell tiene que ser importante de cara a que el expediente que se redacte, cumpla con todo lo exigido.

¿Y si no pasamos el examen?

Bueno, Tarragona no lo pasó la primera vez, corrigió los déficits que se le marcaron y lo pasó a la segunda. Por suerte, a nivel de bienes que existen hoy declarados, bienes del Mediterráneo y de España en general, bienes que pertenezcan a la edad del bronce y del hierro, hay muy pocos.

Desde mi punto de vista personal, este aspecto se tendría que destacar. Hay que jugar con la densidad, con el estado de conservación y el futuro que tiene de cara a abrirlo a grandes investigaciones y campañas arqueológicas a nivel internacional, abriendo un campo para el conocimiento de la edad del bronce y del hierro excepcional. Esto también generaría un tráfico y un movimiento de personas nuevo en Menorca.

¿Podemos perder el favor de la UNESCO una vez otorgado?
Sí, desde luego. Por eso es muy importante generar muy bien el trabajo de gestión que se produce una vez se concede el reconocimiento. Cuestiones sobre cómo se van a cuidar de cara al futuro, cómo estarán organizadas las visitas, el mantenimiento. El programa de gestión de futuro se analiza de manera importante por parte de la UNESCO y por eso existen comisiones que se encargan de vigilar. En estos momentos, por ejemplo, el barrio de Albaicín, que se ha adjuntado posteriormente a la declaración de la Alhambra como también lo podemos hacer nosotros, sumando más talayots a los 25 que se presentarán en la candidatura, está en alerta.

En este sentido, la declaración UNESCO es una garantía de futuro para que los monumentos sean cuidados, se mantenga la investigación, la cartelería en buen estado y un largo etcétera de cuestiones. Cuando se pierde la condición de patrimonio mundial supone un deshonor porque significa que no se está cuidando. En estos momentos, el Albaicín de Granada está bajo vigilancia de perder su condición.

¿Cómo podemos contribuir los ciudadanos en este largo trayecto hasta 2016?
Con el apoyo y la respuesta a nivel de sociedad civil para conseguir que los menorquines y los que quieren esta isla, sean los mejores embajadores de la cultura talayótica. Tiene que haber un programa de marketing importante que vaya desde camisetas hasta cualquier otra cosa. También que seamos capaces de visitar y conocer todos estos restos que tenemos en la retina, pero acaban visitando más los de fuera que los propios. Es un reto a nivel pedagógico que se tiene que revisar. Se ha de promocionar más y el menorquín se debe ejercitar más en conocer en profundidad lo que tiene.

¿Tenemos tiempo suficiente?

El 2016 esta más cerca de lo que pensamos porque, como quien dice, en el 2015 tiene que estar preparado el expediente con lo que en realidad, quedan dos años. Como todo en la vida, si se dedica mucho dinero, se pueden hacer las cosas mejor y con menos dinero, se pueden hacer las cosas bien pero se necesita más tiempo. Tenemos el apoyo de ICOMOS pero hay que hacer bien los deberes porque en estos temas, no valen las amistades.

¿Qué papel juegan las administraciones públicas?

De momento, cuando se creó la comisión asesora, todas firmaron para apoyar directamente a la candidatura. De aquí al futuro también se deberán implicar todavía más y ICOMOS hará un buen estudio del apoyo institucional y social.

Especialmente, el ultimo año Menorca debería estar llena de banderolas o cualquier símbolo permanente. No hay que olvidar que es una candidatura que representa a la comunidad autónoma de Balears y que presentó a Madrid con lo que, se han de implicar todas las administraciones. El Consell Insular es el responsable a nivel local pero tiene que estar arropada y respaldada por la comunidad autónoma y por el Estado.

¿En qué medida se ha implicado el Ateneu?

De momento, en la labor que hemos hecho durante todo el curso, ofreciendo ocho conferencias los segundos jueves de cada mes y no solo con la conferencia sino que los domingos, también se organizaba una excursión. Las conferencias han tenido éxito pero las salidas han tenido menos respuesta y por eso, creo que la gente se debe mover más.

¿El turismo cultural viene a sustituir al de sol y playa?
No, será paralelo. La gente que nos visita pide cada vez más, algo mas allá del sol y playa. Quizás yo lo disociaría porque viajar es una cosa y turismo es otra cosa y para ello, la arqueología ha sido una gran pionera porque si nos fijamos en el primer best seller que se tiene con la imprenta, era una guía de Roma que servía a los peregrinos para la visita de los restos.

En este sentido, lo que me gustaría resaltar es que si bien la playa no necesita demasiada infraestructura para disfrutarla, una visita a cualquier monumento arqueológico para alguien que no entiende como para alguien entendido, requiere de una inversión. Necesita de una mínima explicación, de indicaciones por donde pasar o no pasar, de elementos en los que hay que invertir para que los viajeros que puedan venir durante todo el año, aprecien que están ante algo visitable. Debemos ser muy conscientes de ello y de que las inversiones son rentables, si se hacen bien.

Ejemplos de inversión en patrimonio que se han convertido en negocio hay muchos y se pueden ver en las excavaciones de la catedral de la ciudad de York, en las numerosas visitas a las obras de la catedral de Vitoria o la ciudad de Cartagena, que está llena de elementos recuperados que mediante tickets organizados puedes visitar. En noviembre, por ejemplo, te encuentras con dos trasatlánticos que acaban de llegar para hacer estas visitas.