Es Mercadal. La jueza Purificación Pujol junto al juez Fernando Pinto Palacios y el alcalde Francesc Ametller - Paco Sturla

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"El exceso de la judicialización de la política y de la sociedad en general es culpa de que cada vez hay más gente estúpida ocupando altos cargos y porque existe una alarmante falta de 'educación de las entrañas' de la ciudadanía, una falta de sensibilidad y de comprensión hacia el prójimo", lamentó el jueves Purificación Pujol Capilla, jueza y doctora cum laude en derecho civil durante la interesante charla que ofreció durante la tertulia 'a la fresca' a la fresca organizada por el Ayuntamiento de Es Mercadal.

Pujol Capilla acumula una larga trayectoria como abogada especialista en derecho penal, mercantil, contencioso y administrativo, y además es autora de diversos libros y publicaciones. De hecho, fue presentada por Fernando Pinto Palacios, juez de primera instancia de Maó con el que en la actualidad prepara un nuevo libro de Derecho procesal.

"Tengo que dar la enhorabuena a Menorca por tener un juez tan bueno, tanto jurídicamente como personalmente. Es brillante", insistió Purificación Pujol al recordar una compleja sentencia que el joven juez Pinto Palacios resolvió y fundamentó de forma "impecable", en palabras de Purificación.

En su opinión, un juez, además de entender de Derecho, debe tener sentido común, ser una buena persona, capaz de ponderar y equilibrar la balanza, de ponerse en el lugar de los demás. "Muchas veces el Derecho no es ni blanco ni negro, es gris y, por ello, es importante el matiz que da el juez a la interpretación de la ley, el sosiego y la equidad que aporta", incidió.

"Un divorcio elegante"
Pujol explicó al público asistente a la tertulia el contenido de algunos de los libros que ha editado como "Un divorcio elegante", en el que aborda las consecuencias de las separaciones matrimoniales.

"Entre mis experiencias más amargas se encuentra el levantamiento de cadáveres de algunos niños asesinados por su padre", comentó.

El libro pretende establecer un principio general y es que ningún progenitor debe vengarse de la pareja a través de los hijos. "

El profesor itialiano Carlo María Cipolla dice que las personas se dividen en estúpidas y gente inteligente y los primeros son los que se hacen daños a sí mismos y a los demás, incluso a sus propios hijos", reprobó.