El nuevo equipo de los 'Escoltes' de Menorca, con Sisco Bosch (segundo por la izquierda) al frente. | Gemma Andreu

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Hasta el pasado año, Escoltes de Menorca recibían una ayuda económica del Consell. Este año, la administración insular ha decidido eliminar la subvención que en 2013 ascendió a 18.000 euros, y según los escoltes, lo ha hecho de forma unilateral y sin comunicárselo.

«El Consell tiene todo el derecho a no renovar el convenio. Lo que más nos preocupa son sus formas, ya que se ha decidido sin previo aviso y de manera unilateral», aseguran desde la entidad diocesana. Los escoltes recuerdan, en este sentido, que si la administración tuviera que pagarles todas las horas que dedican a trabajar con niños y jóvenes, les supondría un coste anual de 399.763 euros.

Los responsables del movimiento escolta se reunieron con el Consell para analizar la situación, y en este encuentro se les informó, apuntan, que los motivos para suprimir la ayuda eran las presiones desde otras áreas de gobierno, la reducción del presupuesto para pagar la sentencia de Cesgarden, y que solamente se podían firmar convenios que hicieran actividades únicas.

Desde la administración insular se les propuso que solicitaron subvenciones para actividades concretas, algo que los escoltes acataron. Sin embargo, critican que mientras a ellos se les aplica este criterio, «el total de ayudas nominativas del Consell en 2014 es de 103, cuando el año pasado fueron 74, y se ha pasado de aportar 1.513.777 euros a 1.590.353 euros».

Ante las escasas respuestas por parte de los responsables de la Conselleria de Bienestar Social y Juventud y el incremento de las ayudas nominativas, los responsables escoltes presentaron el pasado día 12 al Consell toda la documentación necesaria para firmar este año el convenio que la administración insular no contempla. Pase lo que pase, desde la dirección de los escoltes se asegura que «ya nos espabilaremos para salir adelante y continuar con nuestro trabajo social y educativo, ya que creemos que es importante, y lo seguiremos haciendo sin cerrar la boca cuando creemos que como ciudadanos tenemos algo que decir».