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Muchos menorquines prefieren comprar agua embotellada antes que beber la que sale del grifo. El Observatorio Socioambiental de Menorca ha puesto cifras a esta realidad: los residentes en Menorca consumen cada año 207 litros de agua embotellada al año, por los 150 de la media española.

El OBSAM atribuye este hecho «a los problemas de calidad de los acuíferos de Menorca». Así, este organismo público destaca «los niveles de nitratos del agua potable, muy próximos a los máximos legales en determinadas zonas, y la cantidad de cal». Con estos factores, la compra de agua embotellada se dispara en la Isla, y con ella los costes que deben asumir los menorquines, que no pueden recurrir tanto como quiseran al grifo.

El OBSAM recuerda que, según desvela un informe, el metro cúbico del agua del grifo cuesta entre 0,24 y 1,60 euros, mientras que la misma cantidad embotellada alcanza un precio de entre 150 y 600 euros. Es decir, comprar el agua del supermercado sale entre 375 y 625 veces más caro. Además, embotellar el agua es energéticamente más costoso que usar la del grifo, y genera muchos más residuos.

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