El aparcamiento se encuentra a pie de toalla y para acceder a él se cobran 2 euros por moto y 5 euros por coche | Josep Bagur Gomila

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El aparcamiento privado de Macarella vuelve a funcionar una temporada más para recibir a aquellos bañistas que optan por aparcar a pie de playa a cambio de pagar 5 euros si van en coche o 2 euros si se trata de una motocicleta.

Este espacio con capacidad para hasta 300 vehículos se encuentra dentro de una Área Natural de Especial Interés (ANEI) a pesar de que el Plan Especial Protección solo autoriza la existencia del parking público, para 160 coches, que está situado 750 metros más adelante dentro de la misma finca.

Aún así, ninguna de las administraciones implicadas ha adoptado hasta ahora medida alguna para clausurarlo o regularizarlo. Entre tanto, la situación se viene repitiendo, con solo un breve paréntesis, durante las dos últimas décadas.

Desde el Govern, administración competente en la gestión de espacios naturales, avanzan que se enviará un agente de medio ambiente para realizar una inspección de la zona y evaluar si se levanta un acta. Posteriormente, y en caso de que se detecte alguna ilegalidad, informará al Consell y al Ayuntamiento de Ciutadella «que son quienes deben actuar, por lo que es necesaria su colaboración». Hasta la fecha, sin embargo, el Govern sostiene que no tiene constancia de haber recibido ninguna denuncia, motivo por el cual no ha tomado medidas al respecto. Un hecho que confirma el concejal de Ciutadella Oriol Baradad, quien afirma que «nadie se ha quejado de esta situación» y retorna la responsabilidad al Govern.

A su vez, Baradad deja claro que el año pasado pudieron clausurar el parking de Cala en Turqueta porque existía una expediente urbanístico por obras ilegales que les permitía actuar. El Consell, por su parte, insiste en que, legalmente, no le concierne a él tomar decisiones sobre este aparcamiento.

En cambio, sí se ha buscado minimizar el riesgo desde la Dirección General de Emergencias, aunque sin cuestionar su existencia. En una reunión celebrada la semana pasada se acordó instar a la policía local a cortar el acceso a la playa una vez los paneles informativos adviertan de que las zonas de aparcamiento están completas.

Una medida que se tomó por primera vez el año pasado. El objetivo es impedir a toda costa que los vehículos estacionen en el propio camino puesto que es una de las zonas de la Isla con peores accesos en caso de emergencia.

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