Una inversión de 550.550 euros. La solución provisional al problema de nitratos de Es Castell costó más de 500.000 euros, financiados en un 90 por ciento por la UE

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La puesta en marcha de la potabilizadora de Es Castell no tiene fecha. Casi siete meses después de que concluyesen los trabajos de construcción de esta infraestructura hídrica, llamada a resolver –al menos provisionalmente– el problema de exceso de nitratos de los pozos de abastecimiento de la localidad, los 8.000 vecinos del municipio siguen teniendo que comprar agua embotellada. Después de haber anunciado que la planta de Trepucó estaría en funcionamiento a finales del año pasado, desde el consistorio villacarlino descartan dar nuevos plazos.

Ese era el compromiso; sin embargo, la planta, que costó 550.550 euros financiados en un 90 por ciento con fondos europeos, sigue estando en «una fase de control técnico», según explicó el alcalde de Es Castell, Lluís Camps, quien intentó trasladar las dificultades de poner en marcha un tipo de tecnología «desconocida en Menorca», que requiere de la familiarización de los técnicos para su complejo uso, así como garantías de que cualquier problema en un sistema que está robotizado no deje sin suministro a la población.

Por su parte, desde la Dirección General de Salud Pública del Govern explicaron ayer a este diario que los técnicos de inspección sanitaria ya han dado el visto bueno para la puesta en marcha de la potabilizadora, eso sí, previo aviso a la población de que el agua sigue sin ser apta para el consumo. La razón, según esgrimieron, es que «la única manera de hacer los análisis definitivos es que la planta esté en funcionamiento» y de ese modo conocer la calidad del agua que sale del grifo.


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