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El Grup Balear d'Ornitologia (GOB) denuncia el interés urbanístico de algunos de los proyectos que teóricamente están orientados a crear una nueva oferta de alojamiento turístico en el campo. «Son operaciones urbanísticas disfrazadas de turismo rural». Y aunque en un principio la creación de nuevos establecimientos de agroturismo y hotel rural podían ser un ingreso económico que complementara la actividad agraria y por tanto, ayudara a mantenerla, así como servir para abrir segmentos turísticos diferenciados al de sol y playa, «se están viendo ejemplos que demuestran que son otros los objetivos» que se buscan.

«Ahora la puerta está abierta a la especulación urbanística en suelo rústico» y llama la atención que ningún proyecto proponga rehabilitar edificios agrarios para nuevos usos agrarios. Advierte de que empiezan a sumarse proyectos que usan todas las edificaciones existentes para usos turísticos con la intención de añadir después nuevas construcciones a justificar para usos agrarios pero que tampoco tendrían condiciones a cumplir si luego se destinan a otros usos.

Y es que Menorca ofrece una «brecha legal que se está aprovechando». Son operaciones claramente enmarcadas en «la tradicional especulación urbanística de comprar o tener terrenos rústicos, conseguir licencias para construir y después vender caro».