El primer tramo de Moll de Llevant tiene los los locales más afectados por la nueva ordenanza | Javier Coll

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Primer fin de semana de julio, primer aviso para los bares del Moll de Llevant que exceden el horario establecido. La Policía Local levantó varias actas de incumplimiento. En la nueva ordenanza, esta zona es considerada residencial y los establecimientos, salvo que tengan licencia especial tipo café concierto, han de cesar su actividad a las dos de la madrugda o, si es fin de semana o víspera de festivo, a las tres.

«Me resulta imposible cumplir la ordenanza, no puedo cerrar a las tres si mi cliente viene de dos a cinco, es el horario del negocio», explica Pau Gomila, del Texas, uno de los afectados por la actuación policial. «Entran cuatro policías de repente cuando la gente está bailando y divirtiéndose y me abren un expediente de denuncia», relata, sorprendido por la falta de amabilidad de los agentes y que estos llegaran en grupo de cuatro.

Asegura que no se han producido denuncias ni quejas vecinales previas que motivaran esta actuación en un local sin residentes en un entorno de 30 metros. No entiende el cambio que se ha producido y que afecta directamente a un establecimiento que lleva 29 años en funcionamiento. Lamenta el perjuicio que, de persistir esa actitud, se causará a los empresarios autónomos.

David Carreras, de Sa Falua, alega que este tramo portuario nada tiene que ver con la zona de Borja Moll, «no hemos creado ningún follón y el ambiente es de relax», argumenta. En esos casos, apela a la tolerancia y a una mayor flexibilidad mientras no se produzcan quejas vecinales, que, si las hubiere, las desconoce.

No hay voz única entre los empresarios portuarios y por tanto no harán frente común porque, como explica uno de ellos, difícilmente puede unificar intereses encontrados, aunque sí hay una asociación legalmente constituida.

Alcaldesa

Conxa Juanola ha mantenido reuniones por separado con varios de los propietarios o regentes de bares. Asegura que la presencia policial responde siempre a quejas vecinales, que sí han exisitido, y les ha ofrecido el camino, «en el que tampoco han dado pasos», para obtener una licencia (café concierto u otros), que les permita un mayor horario de apertura.