¿Qué pasa con los hotel-boutique? De materializarse, la medida supondría un palo comercial para los llamados hotel-boutique, un modelo de éxito enfocado a un turismo de alto nivel adquisitivo que busca lugares emblemáticos y diferenciados de la oferta de ‘sol y playa’

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El borrador que ha elaborado el Govern para modificar la Ley Turística ha tenido en la regulación del todo incluido y en el incremento de las sanciones previstas los principales focos de atención mediática, sin embargo, incluye otros cambios que pueden tener efectos muy importantes en una parte de la oferta de alojamiento de Menorca, como la modificación del artículo 39, el que se refiere a la clasificación y categoría, para dejar fuera a los establecimientos de turismo de interior del grupo de los establecimientos de alojamiento hotelero.

La consecuencia, si se lleva adelante esta modificación –como pretende el Govern–, es que los alojamientos de turismo de interior, aquellos que se ubican en edificios del núcleo antiguo de los municipios cuya construcción sea anterior a 1940 o estén catalogados por sus valores patrimoniales, dejarán de poder usar la palabra hotel tanto en sus relaciones comerciales como en la cartelería del propio establecimiento.

Este tipo de establecimientos de alojamiento ha proliferado con fuerza en los últimos años, sobre todo en los núcleos urbanos de Maó y Ciutadella, y en muchos casos han optado por atraer a un cliente de nivel con la marca hotel-boutique, de amplio reconocimiento mundial y que en muchos canales de intermediación reciben tratamiento de establecimiento hotelero de lujo.

La ley actual deja resquicios abiertos para que estos establecimientos puedan denominarse hoteles. El más evidente, que se encuentren bajo el paraguas de los llamados establecimientos de alojamiento hotelero. Ahora el Govern quiere sellar ese resquicio y que se configuren como un grupo independiente. En la exposición de motivos del borrador, a la que ha tenido acceso este diario, el Ejecutivo balear asegura que busca que «los alojamientos de turismo interior no se confundan con los hoteles o con carácter general con los alojamientos hoteleros, ya que, si bien comparten algunas características, también tienen muchas diferenciadas». El Govern argumenta que «los consumidores y usuarios deben estar enterados y por tanto correctamente informados del producto que contratan».

El pujante sector de alojamientos de turismo de interior ha reaccionado entre la perplejidad y la indignación ante esta firme declaración de intenciones de la Vicepresidencia del Govern. Y es que, si bien es cierto que algunos establecimientos carecen de servicios propios de un hotel, como recepción, otros muchos son perfectamente equiparables para el turista común a un hotel. Varios responsables de este tipo de establecimientos expresan su contrariedad: «¿Y cómo quieren que nos llamemos?», se preguntan.

Indignación

Una de las voces más críticas con la medida es la de Anja Sánchez, del Jardí de ses Bruixes, que califica de «absurdo completo» impedirle usar la palabra hotel: «Sin llamarnos hotel no podemos vender nuestro producto en el extranjero porque el concepto turismo de interior no se entiende en ningún lado». Su establecimiento cuenta con recepción, servicio de comida e incluso spa: «Somos un hotel, es una medida retrógrada que va en contra de los empresarios que nos hemos dejado la piel para atraer a un turista de calidad y respetuoso con la Isla. En vez de ayudar ponen palos en las ruedas».