Un primer plano del insecto. Sus pelos actúan como dardos envenenados muy urticantes | Gemma Andreu

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Son Bou, Cala en Blanes, Cala Rata y otros puntos del puerto de Maó, Playas de Fornells, Arenal d?en Castell, Son Remei en Sant Lluís, y muchas de las fincas por las que discurre el Camí de Cavalls son algunas de las zonas de la Isla en las que, en los últimos días, muchos paseantes se han encontrado con las orugas de la procesionaria del pino, que campan a sus anchas sin que desde los servicios forestales y los ayuntamientos se ponga remedio, se lamentan los ciudadanos. Son muchos los que dan testimonio de la plaga colgando fotos del insecto en las redes sociales y otros han presentado sus reclamaciones en la delegación de la Conselleria de Medio Ambiente y Agricultura y Pesca sin que de momento la invasión de orugas tenga remedio.

La fumigación debe realizarse antes, ahora los insectos ya han descendido de las bolsas donde anidan, en los pinares, y causan problemas tanto a trabajadores del sector forestal como a gente que pasea por el campo y también a animales; los dueños de perros saben bien lo peligrosa que puede llegar a ser cuando éstos, curiosos, la olisquean o incluso la tragan, llegando a producirles necrosis de lengua o de garganta, siendo mortal en algunos casos. Los niños también son víctimas propicias de este insecto, y no es necesario tocarlo, ya que si se ve amenazado libera sus pelos como sistema de defensa y éstos, llevados por el viento, causan afecciones alérgicas por ejemplo en piel y ojos.

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