Edificio del actual centro escolar, en el que se mantendrá la docencia al menos durante dos cursos más

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El escollo de calificación urbanística surgido en torno al acceso de la nueva escuela a construir en Es Mercadal no será motivo para acumular un nuevo retraso. El alcalde Francesc Ametller aduce que buscará la fórmula de agilizar el proceso, entorpecido por la burocracia urbanística.

Explica que el proyecto del edificio escolar está aprobado, cuenta con el informe favorable del Ibisec, la parcela es municipal y dispone de la calificación de equipamiento público escolar y hay presupuesto aprobado. Las obras previas de canalización del torrente no están finalizadas, pero sí muy avanzadas.

En ese contexto de gestiones avanzadas, ha llegado el informe jurídico, «porque técnicamente no hay reparos», precisa Ametller, que obliga a una recalificación del acceso al centro escolar a través de las Normas Subsidiarias y que, como principal consecuencia, añadirá demora al comienzo de las obras.

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El alcalde apunta que valora la utilización de un camino particular para canalizar los suministros y poder comenzar la construcción. Ello permitirá realizar la convocatoria para el concurso de obras, de la que es promotor el propio Ayuntamiento, de acuerdo con el convenio suscrito con la Conselleria de Educación. En función de ese convenio, la financiación la adelanta el Consistorio, a quien pagará después, intereses incluidos, la Administración autonómica.

Ametller recuerda que se trata de una parcela de 18.000 metros cuadrados que cuenta con todos los requisitos, aprobados en dos semanas por el Govern, y lamenta que no se haya podido aplicar el mismo procedimiento para el acceso. «Nuestro compromiso era dejarlo resuelto antes de las elecciones, es nuestra primera prioridad, pero la burocracia nos ha superado», comenta.

Lo único positivo, a juicio del alcalde, es que se ha comunicado con tiempo suficiente para que el nuevo equipo de gobierno pueda preparar la documentación. Lo que se requiere es la justificación del cambio de uso del terreno donde se ha proyectado el acceso, que es rústico y ha de recalificarse como urbano.

Asume que cuesta entenderlo, aunque la Administración es con frecuencia víctima de sus propias reglas. En la comunidad escolar tampoco ha sido bien recibido el retraso, docentes y padres de alumnos saben que los planes de traslado a un centro nuevo se van a demorar irremediablemente. Aunque el trámite de recalificación no es especialmente complejo, todos asumen que el estreno no llegará antes del curso 2021-22.