La antropóloga tecnológica, Amber Case | Gemma Andreu

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«Hay tanta tecnología en unas zapatillas de running como en un ordenador», asegura la antropóloga tecnológica, Amber Case, para quien la diferencia entre esos dos productos estriba e que «las zapatillas no nos llaman la atención».

Case, considerada en el ámbito internacional una de las más relevantes expertas en la interacción entre el humano y la tecnología según la lista «30 under 30» de la revista especializada Inc, está en Menorca para participar en Innnoven Fest, el encuentro anual sobre innovación empresarial que se celebra es Es Mercadal.

Tras un cuarto siglo dedicado al estudio del empleo masivo de la tecnología y de como esta afecta al humano, esta antropóloga estadounidense defiende la relativización de la tecnología en el contexto de la sociedad.

«La tecnología no es mala, pero si existe un mal habito y es aditiviva», advierte Case, galardonada con el Premio a la Innovación Claude Shannon creado por Bells Labs para reconocer al matemático, ingeniero eléctrico y criptógrafo estadounidense considerado el padre de la «teoría de la información».

Para Case, nombrada en 2012 Exploradora Emergente por National Geographic, los denominados medios internos de la tecnología crean adicción, y se descuida la investigación en otros campos que afecta a la vida cotidiana de las personas.

«Gran parte de la tecnología está creada para llamar la atención con fines publicitarios. Muchos inventores están intentando crear nuevas redes sociales, no innovar en enfermedades, biología y cambio climático», apunta en declaraciones a Efe.
Esta investigadora del Instituto para el Futuro y autora del libro «Calm Technology and Desisigning With Sound», considera posible diseñar una tecnología más orgánica y sostenible.

«De hecho ya existe. Pensad en como hacéis servir un tenedor o un cuchillo, o como preparáis la cena. Las herramientas forman parte del proceso y del ritual de la vida. Las nuevas plataformas multimedia captan nuestra atención y funcionan en teléfonos móviles con un diseño a corto plazo, que debe sustituirse cada año», ha explicado.

Case defiende un uso racional de las tabletas, teléfonos móviles y ordenadores.
«No creo que la sociedad deba renunciar a estos dispositivos, del mismo modo que no tienen que hacerlo de las tarjetas de crédito, pero creo que deberíamos utilizarlos como herramientas. Antes de coger un dispositivo por aburrimiento, vayamos a dar un paseo o echemos una siesta», apunta esta investigadora que llega a Menorca tras participar como ponente en el Foro Telos de Fundación Telefónica.

En su intervención en Innnoven Fest, Case tiene previsto abordar el concepto «Calm Technology», una idea basada en que el recurso más escaso no sería la tecnología, sino la atención, y que la tecnología del futuro será peligrosa siempre que no esté diseñada adecuadamente.

Case es una firme defensora de la amplitud del término cíborg, así como de la importancia de éstas especies de criaturas compuestas por elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos.

«Cuando nos referimos a cíborgs nos imaginamos un Terminator o Robocop, pero son cualquier persona que adquiere un componente externo para adaptarse a un nuevo entorno. Mucha gente ya duerme al lado de un teléfono y es lo primero que ven cuando se despiertan. Hemos olvidado que la tecnología es una herramienta», destaca.