Imagen de archivo de la fachada principal del Hospital Mateu Orfila de Menorca. | ARCHIVO

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El número de pacientes que están a la espera de una primera consulta con el oftalmólogo en el Hospital Mateu Orfila se ha quintuplicado en un año. La lista de espera de esta especialidad ha pasado de los 107 pacientes que aguardaban una visita en diciembre de 2018 a los 511 que estaban en esta situación el mismo mes del año pasado. Esta circunstancia responde a una situación excepcional del servicio. En 2019 ha habido más bajas de profesionales de lo que suele ser habitual, tanto en Oftalmología como en Rehabilitación.

En este segundo caso, y tras el colapso sufrido el año pasado, el ‘Mateu Orfila’ ha logrado dar un vuelco a la situación y ya ha reducido a la mitad (en un año) el número de pacientes que aguardan visita. Siguen aún en lista de espera 539 personas.

El gerente del Área de Salud de Menorca, Romà Julià, hace referencia, ante estos casos, a las dificultades de encontrar especialistas que quieran venir a cubrir bajas. Y lo compara con el Hospital de Son Espases, a modo de ejemplo, donde hay médicos MIR de todas las especialidades y que, desde el mismo momento que tienen una baja de un especialista pueden recurrir a un residente del último año para cubrirla.

A pesar del incremento de la lista de espera en consultas externas de Oftalmología, el comportamiento ha sido contrario en cuanto al bloque quirúrgico de esta misma especialidad. Y es que, las personas que aguardan una operación de este servicio son ahora la mitad que hace un año al pasar de 236 personas a 111.

Traumatología también ha visto incrementada la lista de espera en consultas externas. Se trata, en este caso, de un servicio que va aumentando su volumen de trabajo a causa del envejecimiento de la población y las mayores necesidades que se generan entre las personas mayores. Al igual que con Oftalmología, aumenta la lista de espera para consulta pero se reduce el número de personas que esperan una operación.

En conjunto, mejora cifras
Para el conjunto de especialidades, el ‘Mateu Orfila’ ha reducido la lista de espera en un 1,5 por ciento (hay 2.767 pacientes aguardando, 43 menos que en 2018) en lo que se refiere a consultas y en un 10 por ciento en el bloque quirúrgico (con 1.060 pacientes, 118 menos que en 2018).

Romà Julià apunta que «si los números globales de cirugía indican que hemos mejorado en un 10 por ciento» es evidente que, sin esa excepcionalidad en las bajas, «los números serían aún mucho mejores». «Gracias a la implicación de los profesionales hemos conseguido incrementar la eficacia o la eficiencia del bloque quirúrgico» y agrega que «con menos manos hemos hecho más», de ahí que insista en que «es evidente que si hubiésemos dispuesto de los mismos profesionales, las listas de espera aún habrían sido mucho mejores».

Hace otra puntualización. Y es que la mejora de las listas de espera quirúrgicas responde también a que las indicaciones de algunas técnicas se han controlado más. «Lo importante no es operar más sino que hay que tener en cuenta otros aspectos como, por ejemplo, tener una rehabilitación potente que pueda mejorar la sintomatología y el control del dolor del paciente», concluye.