Los municipios de Ciutadella, Alaior y Sant Lluís concentran el 70 por ciento de la oferta | Josep Bagur Gomila

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A estas alturas de un año normal, ya habría familias, grupos y turistas en hoteles y viviendas vacacionales. La anomalía general provocada por la pandemia de la covid-19 ha recortado la temporada turística que, según estimaciones optimistas, será una minitemporada de mediados de julio en adelante con medidas de prevención y limitaciones que dejará cerrada buena parte de la planta menorquina de alojamiento. Condicionada además por la evolución de la pandemia no solo en la Isla sino en Europa durante las próximas semanas.

A pesar de esos condicionantes, las viviendas vacacionales se preparan para aprovechar la versatilidad de su oferta en las circunstancias que vivimos. El 65 por ciento de las plazas está reservado para la segunda quincena de julio y todo agosto. En algunas empresas como Redorka con 60 viviendas vacacionales en cartera, las reservas alcanzan el 92 por ciento.

También las perspectivas de septiembre son buenas. Lo malo es que son solo perspectivas en medio de la incertidumbre. Junio está perdido y las reservas para el resto de los meses se mantienen en porcentajes más modestos, garantizadas por los turoperadores. Para anularlas se exigen causas de fuerza mayor, como vivir bajo un estado de alarma.

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En la confianza de que habrá trabajo dentro de dos meses, son bastantes las empresas que no se han acogido al ERTE, «los empleados están realizando cursos de formación», explica Javier Pons de Marco, presidente de Viturme y delegado en Menorca de Villa Plus.

La fase 1 anima el mercado

Haber estrenado la fase 1 de desconfinamiento el pasado lunes ha animado el mercado vacacional, pero los 14 días de cuarentena para quien llegue del extranjero han sido otro rayo de desesperanza.

La ilusión no ha decaído en este segmento de actividad, que sabe de la fortaleza que en estos momentos representan las unidades de alojamientos reducidas, ideales para núcleos familiares y para evitar las temidas aglomeraciones y más adecuadas para cumplir con las medidas de prevención sanitaria. La situación sanitaria de Menorca es otro factor que abona la esperanza.