De compras. Las tiendas han podido volver a abrir. No todas lo hicieron y sobre todo muchos bares optaron por no colocar sus terrazas todavía | Josep Bagur Gomila

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Las asociaciones de comerciantes, con extrema cautela por lo general, perciben que la fase 1 de la denominada desescalada ha arrancado esta semana en la Isla con buen ambiente en las calles, algunas compras sobre todo en algún sector, pero con un ritmo que será insuficiente para evitar muchos sufrimientos incluso el cierre de tiendas, algunas de las cuales ya están en ello ante la imposibilidad de seguir acumulando deudas.

Desde Ciutadella Antiga, Macià Coll describe que «la sensación ha sido mejor de la esperada, la gente tenía ganas de salir, de normalidad». Esta última impresión la comparten en Maó, aunque el colectivo Mô Comercial todavía no ha sacado conclusiones. Desde el colectivo de comercios de Alaior, Dolfo Nuevo apunta que «se vio más ambiente, unas pocas compras más, la gente tiene ganas de trabajar y de que poco a poco vaya remontando». Desde Ascome, Vicente Cajuso, detalla que, como primera impresión, a las tiendas de ropa les costó mucho arrancar, mientras que otros establecimientos como los de deportes o las papelerías se quedaron a medias. «La caída de consumo y ventas será brutal», apunta. La venta on line no despega.

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Macià Coll destaca el buen nivel de preparación de los negocios ante las medidas establecidas, a pesar de que a su entender han faltado indicaciones claras, y transmite un llamamiento a la prudencia ante las escenas de aglomeraciones que se produjeron, sobre todo en terrazas. CAEB también lanzó ayer un mensaje de contención y exigió el cumplimiento de la distancia social para evitar males mayores. Es decir, otro confinamiento.

Todos coinciden en que la falta de turismo será un lastre excesivo, que mermará también el consumo entre los locales por falta de ingresos o exceso de prudencia. «Somos conscientes que hasta que la rueda no vuelva a girar es complicado», expone Nuevo. Para Macià Coll «el verano lo salvaremos, pero el invierno será todo un drama», y si llega un rebrote «pocos sobrevivirán». Cajuso ve acertada la previsión de un 20 por ciento de cierres, «va a ser largo y duro». D e hecho, algunos comercios ya liquidan género para poder cerrar porque las cuentas no salen de ninguna manera.

Desde Ascome advierten que las actuales ayudas públicas «para muchos no serán suficientes». En Ciutadella Antiga están decepcionados con la nula respuesta del Govern, que incluso ha prescindido de líneas para la modernización de comercios, creen que podría haber más interacción con el Consell y reclaman al Ayuntamiento medidas más universales que la bonificación de la tasa de ocupación pública, como hacer lo mismo con la tasa de basuras.